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Y como ellos por maravilla atienden a otra cosa que a sus tratos y contratos, trátanse modestamente; y como la ambición y la riqueza muere por manifestarse, revienta por sus hijos, y así los tratan y autorizan como si fuesen hijos de algún príncipe; y algunos hay que les procuran títulos, y ponerles en el pecho la marca que tanto distingue la gente principal de la plebeya.

Basta consignar que era una mujer grosera y desgraciadamente muy pecadora, pero al fin y al cabo la única mujer del campamento Rodrigo, que precisamente pasaba la crisis suprema en que su sexo requiere mayor suma de cuidados y atenciones. Viciosa, abandonada e incorregible, padecía, sin embargo, un martirio cruel aun cuando lo atienden y dulcifican las compasivas manos femeninas.

Desprecían a los médicos, no les atienden, y se matan con estas bárbaras devociones, de las que esperan la salud. ¡Quién sabe si lo suyo es lo mejor! El mal es invencible, y la ciencia puede contra él tanto como la fe. A veces, menos aún... ¡Y pensar que reímos y gozamos mientras el mal pasa por nuestro lado rozándonos sin ser visto!...

En el presente fatal aspecto de las cosas es casualidad el acertar: á veces me determino á proponer á V. E. que se retiren los auxilios que pidieron los Portugueses y se hallan en el camino de Igatimí, despidiendo los peones que los atienden, haciendo lo mismo con los mios: pero hallo el inconveniente de que si llegan los Lusitanos se hallarán á pié, y los recursos muy distantes.

En efecto, Vevey contiene, entre otras cosas interesantes: dos bibliotecas, la una religiosa y popular y la otra de la ciudad, con 13,000 volúmenes; un número muy considerable de colegios, escuelas, hospitales, hospicios y otros institutos de enseñanza y beneficencia; varios pequeños museos ó colecciones científicas, literarias y artísticas; tres círculos, con gabinetes de lectura; muy buenos edificios para todos los servicios públicos; excelente alumbrado de gas, muelles y mercados; centenares de talleres y pequeñas fábricas, y una multitud de sociedades que atienden á los intereses literarios, religiosos, económicos, etc.

El demonio ofrece sus mercaderías á las labradoras, y la más piadosa, conociendo el juego, exclama: «Jesús, Jesús, Dios y hombre verdadero,» y al oirla, toma el demonio las de Villadiego, y el serafín se mezcla en el tropel, para poner á la venta virtudes, aunque con poco éxito. Las jóvenes labradoras le aseguran que los mancebos, para elegir esposa, atienden más al oro que á las virtudes.

Los que no atienden sino flojamente, pasean su entendimiento por distintos lugares á un mismo tiempo; aquí reciben una impresion, allí otra muy diferente, acumulan cien cosas inconexas que léjos de ayudarse mutuamente para la aclaracion y retencion, se confunden, se embrollan y se borran unas á otras.

Fin, por cierto, generoso y alto y digno de grande alabanza, pero no de tanta como merece aquel a que las armas atienden, las cuales tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida.

717 Y si atienden mis palabras no habrá calabozos llenos; manejense como güenos; no olviden esto jamás; aqui no hay razón de más; mas bien las puse de menos. Quien ha vivido encerrado poco tiene que contar. 719 Lo que les voy adecir ninguno lo ponga en duda: y aunque la cosa es peluda, hare la resolución; es ladino el corazón, pero la lengua no ayuda.

Y, según a me parece, este género de escritura y composición cae debajo de aquel de las fábulas que llaman milesias, que son cuentos disparatados, que atienden solamente a deleitar, y no a enseñar: al contrario de lo que hacen las fábulas apólogas, que deleitan y enseñan juntamente.