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Actualizado: 31 de mayo de 2025
Ya me extrañaba yo que hisiésemos er viaje sin sorpresas. ¡Pero camará, que no haya medio de librarse de esa gente!... Cambió algunas palabras en alemán con el primer oficial y luego gritó a unos camareros españoles que estaban al servicio de «los latinos»: A ve esos güenos mozos; ¡tráiganlos pa acá!
¡Vivan las Cortes! gruñó Lombrijón batiendo palmas con el ritmo de la malagueña . Lo que igo es que un ruedo de muchachas bailando, con un par de guitarras y otros tantos mozos güenos y un tonel de lo de Trebujena que dé güelta a la reonda, me gustan más que las Cortes, donde no hay otra música que la del cencerro que toca el presiente y el romrom de los escursos.
Como yo de que estoy viéndole a usté ahora mesmu; y el oju suyu no falla pa esas visualis, ni el golfatu tampoco, porque lu tien de sagüesu finu. Corriente... y ¿qué pensáis hacer? Pos salir los dos de madrugá a dale los güenos días. ¿Solos? Y ¿pa qué más?
Mientras tanto, que os vacunen, y luego comeréis... A ver unos pantalones viejos pa estos güenos mozos; no es caso de que vayan enseñando las vergüensas al pasaje... Pero queda convenido ¿eh, niños? a la noche os marcharéis nadando. Súbitamente tranquilizados, los polisones se dejaron llevar por los marineros, que los empujaban rudamente, acogiendo este trato con humildad y agradecimiento.
Y exponía su plan con entusiasmo. Una partía, y agarramos a un richachón de allá y lo secuestramos; le peímos a la familia unos cuantos millones, con la amenasa de que le vamos a cortá las orejas; nos dan los millones, nos los repartimos como güenos hermanos, y antes de seis meses estamos de güerta y ricos. Una partía que tendría mucho que ver. Usté, don Isidro, sería er capitán.
Sus amenazas sólo pesaban sobre los ricos. No les tengo mieo a los siviles continuó el bandido . A quien temo es a los probes. Toos son güenos; pero ¡qué cosa tan fea es la miseria! Yo sé que no me matarán los del tricornio: no tién balas pa mí. Si alguien me mata, será algún probe. Les deja uno asercarse sin mieo, porque son del brazo de uno, y entonses se aprovechan del descuío.
Hay que tené el ojo bien abierto y la mano dura, pa que le respeten a uno y no lo vendan. Los probes son güenos, pero la miseria es una cosa fea que güerve malo al mejor. Si no me tuviean mieo, ya me habrían entregao a los siviles muchas veses.
Una noche yama en casa la pareja de los siviles y se me yeva fuera del pueblo, a las eras. Habían disparao unos tiros en la puerta de un rico, y aqueyos güenos señores empeñaos en que era yo... Negué y me pegaron con los fusiles. Gorví a negar y gorvieron a pegarme.
Sus ojos, agrandados por la emoción, vagaron por la cocina, sin encontrar un sombrero calañés ni un trabuco. Vio un hombre desconocido que se ponía de pie: una especie de guarda de campo con carabina, igual a los que había encontrado muchas veces en las propiedades de su familia. Güenos días, señora marquesa... Y su señó tío el marqué, ¿sigue güeno?
Las mujeres de nuestro brazo huelen a carne limpia, a ropa blanca. Pero ésta, Sebastián, ¡ésta!... Figúrate juntas toas las rosas de los jardines del Alcázar... No, es argo mejor: es jazmín, madreserva, perfume de enreaeras como las que habría en el huerto del Paraíso; y estos güenos olores vienen de aentro, como si no se los pusiera, como si fuesen de su propia sangre.
Palabra del Dia
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