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Actualizado: 3 de mayo de 2025
No teniendo ocasión de combatir, háselas dispensado de armarse de las horrorosas quijadas y sierras, esos instrumentos de muerte y de tortura que el tiburón y tantos otros animales débiles adquirieron á fuerza de consumar asesinatos. A nadie persiguen. El alimento más bien acude á su alcance, traído por el oleaje.
Entonces, irritado y mohíno al considerar que había pasado la noche en blanco, se obstinó en pensar claro y armarse de sangre fría. ¿Qué diablos era aquello? ¿De cuándo acá meditaba él con semejante aquilatamiento sobre lo que hubiese podido suceder a una ex querida? Lo cierto era que sólo había dormido un rato, y ése soñando con ella.
No le ocultaré, señor marqués, que debe usted armarse de todo su valor para conocerlo; pero está en mis hábitos proceder con método.
Corrientes vuelve a armarse, y bajo las órdenes del más hábil y más europeo general que la República tiene, se está preparando ahora a principiar la lucha en forma, porque todos los errores pasados son otras tantas lecciones para lo venidero. Lo que ha hecho Corrientes lo han de hacer más hoy, más mañana, todas las provincias, porque les va en ello la vida y el porvenir.
Reapareció a poco pidiendo una taza de café bien caliente, pues con la prisa de venir se encontraba en ayunas. Al señorito le sirvieron chocolate. Emitió el médico su dictamen facultativo: armarse de paciencia, porque el negocio iba largo. Don Pedro, de humor algo fosco y con las facciones hinchadas por el insomnio, quiso a toda costa saber si había peligro.
Me temo que algo malo puede ocurrir á Celinda, y debemos ir allá cuanto antes. ¡Con tal que no lleguemos tarde!... Estas palabras y otras del ingeniero esparcieron la alarma después de los primeros momentos de estupefacción. Don Roque fué corriendo á su casa para armarse y montar á caballo.
Hay que armarse a veces de mucho aguante, eso sí, porque en un rebaño, ¡zancajo! no todas las bestias son de una misma condición; pero las mejores de éste son las más; y con tal de no pedir castañas al camueso... Vamos, que te ha de entretener, si es que te avezas a ello... y Dios lo haga así.
Es preciso luchar contra la injusticia y contra el mal; pero fuera del amor no hay otra arma eficaz. Es necesario armarse, compadecerse y ayudarse. Yo quiero proclamar mi error en alta voz, quiero pedir perdón del daño que he infligido a tantos, a tantísimos...
Entonces volverá á desenterrar de las minas el oro para remediar la miseria, el hierro para armarse, el cobre, el plomo, el carbón, etc.; acaso el país resucite á la vida marítima y mercantil á que están llamados los isleños por la Naturaleza, sus aptitudes y sus instintos, y libre otra vez, como el ave que deja la jaula, como la flor que vuelve al aire libre, volverá á recobrar las antiguas buenas cualidades que poco á poco va perdiendo, y será otra vez amante de la paz, jovial, alegre, sonriente, hospitalario y audaz.
Mas lo que más le fatigaba era el no verse armado caballero, por parecerle que no se podría poner legítimamente en aventura alguna sin recebir la orden de caballería. Capítulo III. Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo don Quijote en armarse caballero
Palabra del Dia
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