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Actualizado: 14 de mayo de 2025
En su boca, grande, de labios sensuales y carnosos, por entre los cuales asomaba la dentadura espléndida y luminosa, parecía apuntar una sonrisa acariciando el paisaje. ¡Qué hermoso es esto! dijo sin volverse hacia su acompañante. ¡Cómo deseaba volver a verlo! Por fin llegaba la ocasión para hacer la ansiada pregunta: ella misma se la ofrecía.
A dos tiros de pistola, la corbeta envió su última andanada, porque ella también había agotado sus municiones; también se había batido bravamente y también había hecho prodigio de valor durante las dos horas del encarnizado combate. Desgraciadamente, el oleaje impidió a los ingleses apuntar bien, y toda su andanada pasó por encima del corsario, sin hacerle daño.
Ninguno de estos tres historiadores nos dice cuál fuese la basílica catedral de los Cristianos de Córdoba cuando la ciudad fué ganada por los árabes; y sin embargo, por una serie de inducciones que en los angostos limites de esta nota no cabe apuntar, muchos autorizados anticuarios convienen en que la principal iglesia cristiana ocupaba el mismo sitio que hoy ocupa la famosa mezquita, y que dicha iglesia fué construida por los godos sobre las ruinas de un suntuoso templo romano, consagrado á Jano.
Cuando salió, dejando bien cerrada la barraca, vio a la luz de las estrellas, bajo la higuera, al fuerte vejete ocupado en ponerle el pistón al amigo. Le daría a Sènto la última lección, para que no errase el golpe. Apuntar bien a la boca del horno y tener calma. Cuando se inclinasen buscando el gato en el interior... ¡fuego! Era tan sencillo, que podía hacerlo un chico.
Pero cuando el primer ímpetu del dolor comenzó naturalmente a calmarse, como él tenía que habituarse de manera fatal a la idea de la muerte; como todas las fuerzas de su alma se concentraban a recoger, a custodiar, a inmortalizar la memoria del ser que se había alejado para no volver, en su mente comenzó a apuntar la reflexión de si la muerte no se compadecería de aquel odio ciego y de su deseo de venganza.
Al día siguiente los examinaba el Vara de plata, y si encontraba un descuido, imponía multa. Una invención del demonio para no dejarnos dormir camarada. Cuando más, podremos descabezar un sueño. Es preciso ayudarnos. Mientras uno duerme un rato, el otro se encargará de apuntar en esas malditas máquinas. Nada de descuidos, ¿eh, novato? La paga es corta, el hambre mucha, y no estamos para multas.
Pero, mujer se atrevió a apuntar Escudero, recogiendo el tenedor y volviendo a engullir tranquilamente , no es tan seguro que la casa de Aurora sea un foco de infección, porque ella también tiene niños y es de suponer que los besará... Doña Eugenia no escuchaba nada. ¡Que los contagie ella si quiere...! ¡Yo no quiero contagio...! ¡yo no quiero que se mate a mis niños!
Su pensamiento iba lejos, mucho más lejos de los extremos de los cañones, que parecían apuntar a la montaña... «¡Aquel herrero! ¡Aquel valentón insufrible!...» Desde el primer día que lo vio algo se había removido en su interior, poniéndose de pie con el irresistible impulso de la antipatía. A aquel fantasmón lúgubre nadie en la isla le iba a pegar más que él.
Luego su índice trazaba una raya en el aire pasando por encima del puerto, é iba á apuntar sobre la eminencia de la izquierda, ó sea el peñón de Mónaco, un edificio cuadrado y enorme que descendía sus muros hasta las olas, un palacio nuevo, cuya piedra guardaba aún la blancura de la estearina en esta atmósfera pocas veces rayada por la lluvia: el Museo Oceanográfico.
Manchester, Liverpool y Southampton, son las ciudades que conozco de Inglaterra ademas de Lóndres. Una vez que ya hemos escrito todo lo que de la capital de Inglaterra nos ha llamado la atencion, vamos á apuntar unas breves noticias relativas á las ciudades industriales arriba mencionadas.
Palabra del Dia
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