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Actualizado: 3 de mayo de 2025
También creerás que el inglés es un hombre antipático, desabrido, brusco, colorado, tieso y borracho como algunos que viste y trataste en la plaza de San Juan de Dios cuando eras niño. No: lord Gray es un hombre finísimo, de hermosa presencia y vasta instrucción.
Además y esto no quería confesárselo , le daba cierta envidia el aire satisfecho y triunfante del sabio. Novoa no sufría repulsas y desvíos; era la mujer la que lo buscaba, esforzándose por halagar sus aficiones, fingiendo un interés científico por cosas que nada le importaban; todo para conservarlo bajo su dominación. ¡Hombre feliz y antipático!...
Se despidieron del vigilante nocturno y dejaron la plaza. Después, dando un rodeo, salieron al paseo de Los Llanos. Una campana de un convento comenzó a tocar. Juego, campanas, carlismo y jota. ¡Qué español es esto, mi querido Martín! dijo el extranjero. Pues yo también soy español y todo eso me es muy antipático contestó Martín.
Y su vida iba deslizándose allí tranquila y silenciosa, sin la menor señal ni indicio de que pudiese dejar rastro de sí en el trillado camino que la llevaba a su término: a una muerte obscura y no llorada ni lamentada de nadie, porque Fray Miguel, aunque no era antipático, no era simpático tampoco, se daba poquísima maña para ganar voluntades y amigos, y, al parecer, ni en el convento ni fuera del convento los tenía.
Véase cómo la solterona se convierte en un objeto antipático cuando debiera ofrecer el más singular de los atractivos, el de un enigma que descifrar. 9 de diciembre.
Surgió en su interior una repulsión de casta, al pensar que pudiera protegerle aquel compatriota de gustos ordinarios. No le era antipático; pero nunca le admitiría como un igual. Elena acabó por irritarse, cansada de sus protestas.
Se retiraba a su camarote: gustaba de acostarse temprano; esta noche había sido extraordinaria. Ojeda se ladeó como si intentase cortarla el paso, al mismo tiempo que su voz se hacía más suplicante. ¿Irse? ¿Dejarlo en la soledad de aquella fiesta, donde todo le era extraño y antipático?... Se sentía enfermo. Pero ella le atajó con su ironía helada. Debe ser el estómago.
Le recibieron Ana y don Víctor en el comedor. Ya era amigo de confianza. Durante las dos enfermedades de la Regenta, el Magistral había prestado muchos servicios a don Víctor, y este aunque le era algo antipático el Magistral, se los había agradecido.
El grito de desesperacion y agonía lanzado por la muchedumbre extenuada, corrompida ó culpable, despertó á los ricos ó afortunados de Inglaterra en 1847, y ese pueblo, que en todas sus manifestaciones es grande y fuerte, pero siempre fiel á las tradiciones y antipático á las reformas radicales, levantó donde quiera templos magníficos á la beneficencia bajo todas las formas anodinas, derramando el oro á montones para conservar su opulencia misma.
Mostraba al hablar una inocencia falsa y socarrona que no le hacía antipático. Detrás se veía siempre al antiguo granuja del mercadal de Valencia, diestro, burlón, receloso y marrullero. Pepa Frías le habló de negocios. La viuda era incansable en esta conversación.
Palabra del Dia
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