United States or South Georgia and the South Sandwich Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


El aspecto de esta fiesta es interesantísimo en la última noche, después de la cena, hora en que se ultiman las ceremonias del enlace. Concluida la fiesta, el emisario primitivo conduce la doncella á la casa del señor entre la algazara y chanzonetas de los convidados, que satisfechos y llenos de gozo abandonan también la casa paterna para ir á sus hogares.

Excusamos decir la algazara que con tal motivo se promovió en la elegante sala del Español. El señor Azorín y el individuo bromista tuvieron que abandonar el teatro entre las protestas de los espectadores.» Y Azorín, que le ha leído a Sarrió este suelto, ha dicho tristemente: Esta es, querido Sarrió, la manera que tienen los hombres de escribir sus historias.

La algazara de los premiados, que iba cediendo algo, se aumentó con la llegada de Guillermina, la cual supo en su casa la nueva y entró diciendo a voces: «Cada uno me tiene que dar el veinticinco por ciento para mi obra... Si no, Dios y San José les amargarán el premio».

Estas noticias volaban por el colegio y se comentaban entre risa y algazara. Pero los demás profesores, sus compañeros, no se reían; estaban indignados. Distinguíase entre todos el cura D. Juan, a quien no le faltaba más que esto para aborrecer de muerte al heterodoxo naturalista.

No es fácil de decir con qué algazara y furor entraron los vencedores en los navíos, que despojando á los oficiales y pasajeros los trataron con un modo muy extraño y cruel, registrando los pechos aun á los mismos capitanes con instrumentos sútiles de hierro para ver si por ventura habían escondido en el seno algunos pedazos de oro ú otra cosa preciosa.

Y en cuanto descansan se propone jugar «al milano que le dan cebollita con el pan.» ¡Qué risa! ¡qué algazara! ¡cómo resuena el dormido bosque con las voces argentinas de aquellas bellas y tiernas criaturas! Cansadas de este juego se diseminan por un momento.

Los salvajes de los dos grupos le miraron con curiosidad, sonriendo. ¿Cómo es eso, Rafael? preguntó Pepe Castro. Habéis de saber que mi padre se murió diciéndome: "¡El deber, hijo! ¡el deber! ¡Ante todo el deber!"... Fueron sus últimas palabras. Yo, cumpliendo con este sagrado consejo, procuro deber todo lo posible. Hizo gracia a sus compañeros este rasgo cínico; lo celebraron con algazara.

Cesó la algazara, acompañamos a los novios al dormitorio y yo me retiré igualmente, después de rogar a Dios por mis hijos y por . Al día siguiente, asistí a la misa mayor, en que un buen sermón pronunciado con motivo de la inauguración de la nueva iglesia. 19 de junio de 1817.

Fueron los amigos del novio los primeros en moverse y hablar. Se despidieron del padre con rápidos apretones de mano y frases triviales de sociedad, un tanto descuidadas en la forma, como dirigidas de superior a inferior; tras de lo cual, el pelotón entero tomó el camino de la ciudad, reanudando la broma y algazara.

La bochornosa operación se repitió varias veces, con gran goce y algazara de los presentes, incluso el presbítero Chapaprieta. Mi padre era el único que se mantenía impasible, porque despreciaba lo cómico. Confieso que también me reí como un idiota. Ahora me avergüenzo, por y por la duquesa.