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Estos testimonios, sin embargo, parecían más bien señal de una preferencia amistosa que la de una apasionada ternura. Es menester decir, además, que esta distinción se explica fácilmente.

»Querida sobrina comenzó diciéndome; eres demasiado bella y bien educada; tienes talento, más sin duda de lo que convendría a la familia de los Arcos; pero el mal, si lo es, no tiene remedio. Además, cuentas diez y ocho años, y todos los señores de las cercanías solicitan tu mano. »¡Ah! exclamé; no he pensado en casarme...

El no podía vivir sin un pedazo de tierra sobre el que ejerciese su autoridad, peleando con la resistencia de hombres y cosas. Además, le tentaban las vastas proporciones de las piezas del castillo, desprovistas de muebles. Una oportunidad para instalar el sobrante de sus cuevas, entregándose á nuevas compras.

El duque de Requena había gastado en los preparativos más de un millón de pesetas, según contaban los revisteros a sus lectores. Decían además ¡oh caso inaudito! que las flores habían venido casi todas de París. Y era cierto. El duque, nacido en Valencia, el más hermoso jardín de Europa, para su baile hacía traer las flores de Francia. Un capital de algunos miles de duros en flores.

Para el tonto, respondió, que se dexare engañar. Ademas estabaherido, iba perdiendo la sangre, necesitaba de que le diesen socorro; y le asustaba la vista de los quatro Babilonios despachados, segun toda apariencia, por el rey Moabdar.

Rafaela tenía claro presentimiento de que si Pedro Lobo no había muerto en la pelea, no habría querido ni podido permanecer en territorio argentino y también se habría expatriado. Estaba además segura de su poderoso atractivo y de que él no se iría a Europa sin pasar por Río y sin venir a verla.

Sensaciones reales, pero sin objeto externo. Explicacion de este fenómeno. Ademas, es menester advertir que no siempre sucede que el alucinado atribuya á la sensacion mas de lo que ella le presenta; una imaginacion vivamente poseida de un objeto, obra sobre los mismos sentidos, y alterando el curso ordinario de las funciones, hace que realmente se sienta lo que no hay.

Además de aquellos testimonios de su vida de estudiante, respetados y conservados con verdadero cariño por un hombre que se sentía envejecer, había otras diversas cosas que correspondían a su vida íntima reveladoras de lo que había sido, lo que había pensado, que me cumple dar a conocer, aunque en ellas haya mucha puerilidad.

Además de actriz, fué la Déjazet mujer de fértil y amable conversación. Tenía el ingenio alerta; la réplica libre y pronta, y «sus frases», á fuerza de graciosas, solían pecar de crueles.

Cuando presumía que no bastaba la palabra, presentaba una carta falsificando la firma... Además, había encargado un sin fin de misas por el alma de su madre, y de toda su parentela, sin que jamás hubiese dado un cuarto a los sacerdotes que las dijeron. Resultaba, en fin, debiendo y estafando a todas las personas con quienes le había puesto en relación...