Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 26 de junio de 2025


Se morirá de borracho contestaba Ripamilán. No señor, ¡se muere de hambre!... Se muere de aguardiente. ¡De hambre!... Y llegaba don Robustiano al corro y hablaba la ciencia: Yo no acuso a nadie, la ciencia no acusa a nadie; otra es su misión.

«Estaba frente a , y su mirada era triste e incierta, no sabiendo sin duda cómo darme cuenta de su próxima partida. Fui en su auxilio, y tendiéndole la mano le dije: «Perdóneme usted, Carlos; perdone una culpable indiscreción de que me acuso. Quería, sin preguntárselo, saber su secreto; lo he escuchado.

A quien principalmente acuso es a ella; lo que más que nada me asombra es la liviandad de esa muchacha casquivana... Verdaderamente, señora condesa, voy creyendo que tiene usted razón en llamarla su hija. Árbol y fruto con iguales propiedades se distinguen.

»¿Por qué? me dijo con aire sombrío y temblando convulsivamente: porque cuando le veo me dan ganas de matarle. Esto es horrible, ¿no es verdad? Y como no quiero ser parricida, le he prohibido que se ponga en mi presencia. Hago mal, sin duda, y me acuso de ello; pero quiero evitar una desgracia. »Carlos inclinó la cabeza sobre el pecho y quedó silencioso.

Máximo a su hermano. Es verdad, soy culpable. Hace siglos que no te escribo y me acuso de ello todos los días sin tener nunca valor para tomar la pluma. Y es que, la verdad, no comprendo ya ni a los demás ni a mismo, y nada hay que desanime tanto como no poder poner en claro los propios sentimientos y encontrarlos ilógicos, contradictorios y miserables.

Error lamentable del obispo de Cebú El prelado que acusó en la forma antes mencionada a las escuelas públicas, ha cometido un error lamentable. Por mi parte puedo asegurar que sus acusaciones despertaron en la curiosidad de investigar las causas de la inmoralidad y de la perversión de costumbres que dicho prelado, y nosotros con él, todos lamentamos.

Volvieron en tropel á la iglesia, y hallaron que los que habian quedado sacaban á D. José Ibarguen, vestido de muger, trage que tomó para confundirse con el sexo, y estando rezando con las demas, lo acusó un criollo.

Se le acusó de infidencia, sin mas fundamento que el haber sabido que el esclavo de un platero, ocupado en sacar en limpio los borradores del piloto, los habia mostrado á D. José Custodio y Farias, brigadier portugues, que solicitaba entrar al servicio de España.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando