United States or Guinea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Detrás del orimon, que no es ni más ni menos que una silla de manos conducida en hombros de cuatro fieles, y custodiada por una guardia de honor de cuadrilleros, va la música tocando la marcha real, y á continuación gran número de acompañantes con velas.

Pero éste quería pasar los días de Carnaval en una finca suya de Medina del Campo, lejos del bullicio de la ciudad, como convenía a un hombre serio. Después de fiestas, le esperaba en su casa todas las mañanas. Y se alejó escoltado por sus solemnes acompañantes, después de estrechar la mano de Isidro con igual llaneza que si fuese un colega. Maltrana le siguió con una mirada de intensa simpatía.

Más allá del andén, extrañamente silencioso ya, resplandecía el cielo claro, de acerado azul; se extendían monótonas las interminables campiñas; los rieles señalaban como arrugas en la árida faz de la tierra. Un gran silencio pesaba sobre la estación. Quedáronse inmóviles los acompañantes, como sobrecogidos por el aturdimiento de la ausencia.

Y en efecto, apenas llegados los novios y sus acompañantes al campo de la iglesia estalló la lucha terrible, sangrienta, como jamás se viera ni pensara verse en aquel pacífico valle. La muchedumbre se arremolinaba, las mujeres exhalaban lamentos desgarradores, se oían tiros, imprecaciones, blasfemias horrendas.

El capataz sonreía viendo que el amo y sus acompañantes de sotana o capucha mostraban gran placer en oírle; pero su sonrisa de campesino socarrón, no llegaba a saberse si era de burla o de agrado por la confianza del señor.

Te confesaré, francamente, que me alegraré de veros casados; primero, porque siendo mucho más linda que yo, me perjudicas; después, porque podríamos salir solas. ¡Se acabaron las acompañantes! ¡qué suerte! ¡Sin contar con que tu casamiento pondría en circulación en nuestro mundo a algunos jóvenes más; los amigos de tu marido serían mis amigos! ¿Por qué no he de contar con ellos?

Su presencia podía excitar de nuevo la irritabilidad del coloso. Un simple destacamento de la Guardia acompañó á las autoridades y al profesor cuando se aproximaron al edificio. Flimnap empezó á dar gritos á la servidumbre para que volviesen todos á ocupar sus puestos, como si no hubiese ocurrido nada. Detrás del rebaño doméstico entró él con sus ilustres acompañantes y la escolta.

Su cuerpo era una mancha indecisa y borrosa por el continuo movimiento; sus acompañantes no podían seguirle. Detúvose un instante y cambió de sitio, continuando su trabajo. Los mineros adivinaron que pasaba á la segunda perforación, dando por terminado el primer agujero. ¡Y su contrincante aún estaba en el mismo sitio!...

Luego dijo á media voz á sus acompañantes que el viejo guardián era un imbécil. Vagaron dos horas por el antiguo recinto de la ciudad, viendo el trazado de sus calles, las ruinas del anfiteatro, la Puerta Aurea, que daba acceso á una vía flanqueada de tumbas.

Son la mujer y el hijo de mi nieto, el que trabaja en la obra dijo, dándola al mismo tiempo unas cuantas piezas de cobre. Y se sentó con orgullo en las sillas designadas por la empleada, juzgándolas mejores que las otras. Pero la satisfacción de mostrar á sus acompañantes la inmensa influencia de que gozaba en este lugar público duró muy poco.