Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 17 de junio de 2025


Estos proyectiles corrían silbando por el aire como las balas en una reñida batalla, salvo que eran mucho más inocentes, pues apenas hacían daño, si por una maldita y rara casualidad no acertaban a darle a alguien en un ojo, pues entonces bien podían dejarle tuerto.

Mire usted pronunció al cabo . Pues acertaban Rosarito y Carmela al asegurar que el señor de Miranda venía a esta casa por . ¡Pero, quién lo dijera! Vamos, hija; ¿qué le contesto a ese señor? preguntó afanoso el Leonés. ¿Papá... qué yo? Nunca pensé que quisiera casarse conmigo. Pero a ti.... ¿te gusta el señor de Miranda? que me gusta.

Indecisos los jefes un momento, no existiendo acuerdo ni prevención para el caso, tiró cada cual por su lado, con dispersión y desorden tan grande, que ni aun á huir acertaban. Cinco de las galeras de Juan Andrea arribaron como él hacia tierra, y lograron ponerse bajo la artillería del fuerte; otras encallaron en los bajíos en número de ocho ó diez.

Si eran buenas, mi amigo argumentaba con sofismas que sus compañeros no acertaban nunca a distinguir; si eran vacías y fuera de propósito, Porras recurría a la sátira para quemar a los buenos señores. Los cuentecillos venían al fin.

Al marchar por la calle de Saint-Ferreol, mirando los escaparates de las tiendas, los gritos de varios conductores de coches y automóviles que no acertaban á hacer pasar sus vehículos en la angosta y repleta vía llamaron su atención. Vió en un carruaje á una dama rubia, de espaldas á él, acompañada por dos oficiales de la marina inglesa.

Cuando acertaban á darles en la cara, la muchedumbre aplaudía con entusiasmo. Otros, de pie sobre las banquetas de los coches con una botella en la mano y una copa en la otra, servían manzanilla á los conocidos que divisaban. ¡Velázquez! ¡Eh, Velázquez! El majo vió un máscara que desde lo alto del coche le ofrecía una copa de vino y se acercó. Ven acá, valiente.

Con esto se dieron por enterados los tres y tan impresionados estaban, que al romper a andar para apartarse de se hicieron una maraña y no acertaban luego con la puerta.

De joven fue viñador, gozando de la buena época; aquella de la ida al trabajo en calesín y de la cava con zapatos de charol, de la que hablaba melancólicamente el viejo bodeguero de la casa Dupont. La abundancia hacía generosos a los trabajadores de tales tiempos; pensaban en cosas altas que no acertaban a definir, pero cuya grandeza presentían confusamente.

Y si no se prosternaban y hundían su frente en el polvo como aquéllos, por lo menos se ponían colorados hasta las orejas y no acertaban en algunos minutos a colocar la pluma sobre el papel ni prestaban atención a lo que el parroquiano les decía. Mirábanse con señales de pavor y decíanse en voz baja lo que de sobra sabían todos: "¡El duque!" "¡El duque!" "¡El duque!"

Dejamos en la primera parte desta historia al valeroso vizcaíno y al famoso don Quijote con las espadas altas y desnudas, en guisa de descargar dos furibundos fendientes, tales que, si en lleno se acertaban, por lo menos se dividirían y fenderían de arriba abajo y abrirían como una granada; y que en aquel punto tan dudoso paró y quedó destroncada tan sabrosa historia, sin que nos diese noticia su autor dónde se podría hallar lo que della faltaba.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando