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Actualizado: 6 de junio de 2025
En lo que no se descuidaba después Bringas era en pedir las llaves y guardarlas debajo de su almohada, porque todos los entusiasmos y aun la flaqueza senil o infantil tienen su límite. De este modo pudo Rosalía explorar libremente el tesoro secreto. Revolvió, contó y recontó todo lo que había en el doble fondo, pasmándose del caudal allí guardado.
Aquellas señoras iban y venían por turno de un salón a otro para dar conversación a los inoportunos y descomunales parientes. A mí no pudieron menos de ponerme en el secreto y también me enviaron con disimulo a darles un poco de conversación.
Cuando se mudaba de cuarto, esta supremacía domiciliaria iba con ella a donde quiera que fuese. Si algo desairado o ridículo le ocurría, lo guardaba en secreto; pero si era cosa lisonjera, la publicaba poco menos que con repiques. Por esto cuando se corrió entre las familias amigas que el sietemesino se quería casar con una tarasca, no sabía la de los Pavos cómo arreglarse para quedar bien.
Por lo demás, la culpa del marqués fue castigada severamente por el cielo, siendo el mismo marqués, con sus remordimientos y profundo y secreto pesar, instrumento de aquel castigo.
Se vino á descubrir por esta misiva que habiendo aprendido Godfrey al lado del señor Antonio lo que valía un secreto, tomaba copia de las cartas más importantes que se enviaban al Conde de Essex, y hacía que fueran á manos del Rey de Escocia por conducto de su Embajador en París.
Todos los que estaban anoche en la fiesta, ¡pulverizados! ¡Vírgen Santísima! Este señorito... ¡Susmariosep! exclamó Capitana Loleng; todos nuestros deudores estaban allí; ¡susmariosep! ¡Y allí cerca tenemos una finca! ¿Quién podrá ser?... Ahora lo sabrán ustedes, añadió Chichoy en voz baja, pero es menester que guarden el secreto.
Todo este diálogo pasaba en discreto tono, a media voz, inclinados el uno hacia el otro ambos interlocutores, con misterioso y casi amante silabeo. El testigo de vista, silencioso, recostado en un ángulo, imponía a la plática de los esposos, plática llana y corriente, cierta intimidad y secreto que acrecentaban su atractivo, dándole visos de tierno coloquio.
Volvió hacia su interlocutora, cuya delgada silueta se recortaba sobre el rojizo cielo de poniente, y murmuró: ¿Qué quiere usted decir? No se haga usted el ignorante, ya me entiende usted... Cuando vino Simón al mundo, fue para todos una gran sorpresa y más que nadie se sorprendió el Príncipe... Usted, usted solamente estaba en el verdadero secreto...
En esta refriega espiritual, entre la culpa y el arrepentimiento, estuvo ella hasta que volvió su marido. El secreto había sido tal, que nadie había dicho ni sospechado lo más mínimo. El Conde, a pesar de todo, era suspicaz y receloso, y sospechó algo desde el día de su vuelta.
Cosa singular que dama se aficione a la lengua, siendo la parte del hombre que mas aborrescen ellas, así por ser el secreto, que ellas tanto aman, enemigo de la lengua, como porque obras buscan ellas y no palabras; quizá porque, segun dicen, li fatti sonno maschi, le parole femine; quizá de allí viene que la vez que cojen una lengua entre dientes, la muerden, como víbora rabiosa.»
Palabra del Dia
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