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Actualizado: 31 de mayo de 2025


Distraída afirmó la muchacha: ..., él bien te mira.... Bueno; pues quiero conocer sus propósitos, porque así estamos perdiendo el tiempo, y yo me perjudico. Aun dijo Carmen, perpleja: te perjudicas.... Pues es preciso que te enteres pronto y bien de su intención..., con disimulo..., y si no, ¡pobre de ti! La niña, como un eco, repitió mentalmente: ¡Pobre de !

Los hoteles del Sena, las quintas suizas y los palacietes de Recoletos tuvieron un eco que contestaba á los rumores que trajo la moda. Lo que fueron modestas barriadas, hoy se llaman calzadas por el vulgo, pues en el argot del gran mundo se llaman barrios aristocráticos.

No pocas de tales murmuraciones llegaron a los oídos de doña Luz; pero no hacían mella en su corazón. Nada de lo que encerraban en hallaba eco en su limpia y tranquila conciencia. Doña Luz era mujer y tenía alma y sentía necesidad de amor. Su amor, sin objeto visible y humano, había estado como aletargado hasta entonces.

JARIFA. ¿Ha de hablar la mano? ABIND. . Bien podéis, mano querida. Pero mi pregunta es vana Y ella calla en el tormento. A lo menos, en el tiento No sabe a mano de hermana. ¿Que al fin lengua te faltó? Dime, blanca, hermosa mano: ¿Soy su hermano? Digo hermano, Y responde el eco, no. Testigos quiero tomar. JARIFA. ¿Qué testigos?

Ambas huestes se hostilizan, llegan, chocan, se encarnizan, tras el potente embestir, y el eco va retumbando de monte en monte lanzando el fragoroso reñir. Arde la fuerte bombarda, y allí, donde no se aguarda, va su disparo á caer, y al trueno espantable y fuerte un alarido de muerte viene horrible á responder.

Mudo, trémulo, en la sombra por mirar haciendo empeños, quedé allí, cual antes nadie los soñó, forjando sueños; más profundo era el silencio, y la calma no acusaba ruido alguno... Resonar sólo un nombre se escuchaba que en voz baja a aquella hora yo me puse a murmurar, y que el eco repetía como un soplo: ¡Leonora!... esto apenas, ¡nada más!

Aplicó el oído a la puerta del edificio, creyendo oír sonar el oro o el crujido de las arcas que se abrían. ¡Ca! dijo riendo burlonamente, ¡si aquí no hay oro ni nada! Dió un golpe en la madera, que devolvió el eco como lejano trueno, y se fué en dirección al río, vacilante a causa del vino.

Las comedias, compuestas de 1520 á 1540, prueban el eco que las obras de nuestro poeta tuvieron en España, pues se asemejan á las de éste por su fondo y por su forma, y al parecer estaban destinadas á la representación .

Cuando la densa bruma Los valles enlutaba, Cuando la blanca espuma Los mares circundaba, Cual mágicos concentos Nacian los acentos Del arpa de Ossian. Al eco melodioso La bruma relucía, Y en carro vaporoso Celeste aparecía Poblando la colina, La sombra de Malvina, De Morven y Fingal.

Porque esta señorita de que ahora hablamos, es aficionadísima á la música, y si llegan sus padres á poder estirar algo la pierna, tiene piano y maestro de canto..... Es además muy lectora ¡mucho! y de admirable criterio moral y artístico..... Todo lo bello, todo lo elevado encuentra eco en su corazón, así como todo lo patético abundantes lágrimas en sus ojos.

Palabra del Dia

rigoleto

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