Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de junio de 2025
No le importaba que le costase caro el viaje a Citerea; pero sentía repugnancia invencible a pagarlo al contado, como si besos y caricias fuesen guantes y corbatas: gustábale, por el contrario, dejar espacio entre el placer y la remuneración para poetizar y envolver en voluntarias ilusiones lo prosaico de la realidad, prefiriendo gastarse muchos centenares en un regalo a dejar unos pocos sobre una mesa de noche o dentro de un sortijero.
Les bastará volverte á ver. Lo que más daño les ha hecho no es creerte culpable, sino saber que eras desgraciado. Dime cuál ha sido su existencia desde hace dos años. La de dos reclusas voluntarias. Han huído del mundo á quien acusaban de tu pérdida, y se han confinado en su casa para llorar á sus anchas. Todo lo que no fueses tú era extraño para ellas.
Como los bárbaros recibian continuamente reclutas voluntarias de Chile, se hizo necesario aumentar el número de compañías, y el de sus plazas ó individuos; y para pagarlas, se impuso el ramo de guerra, que aprobó el Rey en 7 de Setiembre de 1760.
Espectáculo, bien curioso, por cierto, sería para los que hoy vivimos, el que diariamente ofrecían las Gradas de la Catedral y la plaza del Salvador, sin contar otras calles y sitios concurridos de la ciudad, donde se pregonaban las subastas y almonedas judiciales, como las voluntarias, las cuales tenían lugar ante numeroso y abigarrado conjunto de personas de todas clases sociales, que allí confundidas esperaban la llegada del alguacil y del escribano, encargados de la venta de infinitos heterogéneos objetos, dignos algunos del Jueves ó del Boquete, y otros aplicables al atavio de las personas ó de las casas más calificadas.
Deplorable es, no obstante, que se hagan con frecuencia en estas comedias mutilaciones voluntarias, que se transformen las tres jornadas en cinco actos, se supriman los papeles de gracioso, etc., y no porque esas alteraciones ó reducciones no sean á veces convenientes, sino porque debieran hacerse sólo por hombres hábiles y entendidos, no por aquéllos que desfiguran por completo las magníficas composiciones dramáticas de épocas anteriores, como ha sucedido con el arreglo de El escondido y la tapada, de Calderón, que se representa en Madrid cuando escribimos estas líneas.
En seguida clasifiqué a las personas que pasaban en mis tres grandes divisiones: Solteronas voluntarias. Solteronas resignadas. Solteronas recalcitrantes. Vuelta a casa, continué mis meditaciones y he aquí lo que llegué a poner en claro en conjunto. La solterona voluntaria, diga lo que quiera el padre Tomás, se distingue a primera vista. Es viva, aunque sea reumática y sobre todo si es nerviosa.
Palabra del Dia
Otros Mirando