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Actualizado: 4 de mayo de 2025


Venid mas bien conmigo al chirivitil del barbaro español, que hallareis en cualquier entresuelo de casa vieja ó en una tienda que da sobre la calle. Si no teneis barba que rapar no importa: entrad siempre y os divertireis, conociendo un interesante tipo español. Todo barbero charla sin cesar: eso es trivial y universal.

Concurría á esto la buena gracia con que se ganaba las voluntades, no con inspirar trivial afecto á todo el mundo, sino inspirándole muy vivo á los pocos que él quería, los cuales valían siempre por muchos para defenderle y encomiarle.

Es verdad. Cuénteme usted. Yo quiero que usted se corrija. Tal vez la falta es mucho menos grave de lo que usted mismo piensa. Tal vez no pasa de ser una ligereza trivial dijo con más ansiedad é interés Paula. Dígame usted; yo le daré consejos.... Cuénteme usted.

La Casiana, carácter duro, dominante, de un egoísmo elemental, era la más antigua de las antiguas; la Burlada, levantisca, revoltosilla, picotera y maleante, era la más nueva de las nuevas; y con esto queda dicho que cualquier suceso trivial o palabra baladí eran el fulminante que hacía brotar entre ellas la chispa de la discordia.

Sentáronse a la mesa dispuesta para los viajeros, mesa trivial, sellada por la vulgar promiscuidad que en ella se establecía a todas horas; muy larga y cubierta de hule, y cercada como la gallina de sus polluelos, de otras mesitas chicas, con servicios de , de café, de chocolate.

, era ella, señor dijo el bufón tratando por la primera vez al rey con respeto, como si no hubiese querido unir nada trivial á lo solemne de aquel recuerdo ; era ella, que nació, la desventurada, en las primeras horas del día de santa Dorotea. El bufón inclinó la cabeza y se detuvo un momento.

Es muy trivial la opinion de que los ferrocarriles han suprimido la poesía de los viajes dándoles un carácter en extremo prosaico.

El amigo convertido en monstruo. Que las pasiones nos ciegan es una verdad tan trivial, que nadie la desconoce. Lo que nos falta no es el principio abstracto y vago, sino una advertencia continuada de sus efectos, un conocimiento práctico, minucioso, de los trastornos que esta maligna influencia produce en nuestro entendimiento; lo que no se adquiere sin penoso trabajo, sin dilatado ejercicio.

Falta en ellas por completo la delicada veladura de sus detalles, y las transiciones poéticas; su diálogo es poco flexible y nos ofrecen en confuso desorden lo ordinario, común y trivial, al lado de lo patético, y rasgos de mal gusto envueltos en hinchadas estrofas.

Era un arma señoril: varios anillos de plata ceñían la negra vaina de cuero; la hoja tenía la marca de Hortuño; la guarnición era calada y fina, como una randa. Aquel trivial incidente vino a arrancarle de su pereza.

Palabra del Dia

condesciende

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