Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de junio de 2025
Permaneció inmóvil hasta que salió de su error; pero se le escapó un grito de angustia y se puso a temblar murmurando: Valor y energía; y ya tiemblo y palidezco al solo pensar en su aparición. Se dejó caer en una silla. Sin duda una confianza nueva iba penetrando en ella, porque una sonrisa de reto se dibujó lentamente en sus labios, mientras una chispa de coraje brilló en sus ojos.
Quien salta esta barrera, no por vicio, sino por pasión irresistible, porque no puede vencer el impulso de crear una familia y tener una compañera, ése falta indudablemente a las leyes de la Iglesia, pero no desobedece a Dios.... Al aproximarse la muerte, tengo miedo. Muchas noches dudo y tiemblo como un niño.... Yo he servido a Dios a mi modo.
Y sin embargo, ¿no queréis ser mía por completo? dijo con acento de queja Juan Montiño. No... no... mi amor no es eso... y por eso tiemblo, por eso temo llevaros al teatro.
Sí; donde se enamoran, donde enloquecen, como si no hubiera en el mundo más hombre que él, ni más mujer que ella; ¡oh! tembláis de cólera y de celos; yo también tiemblo de celos y de desesperación; mirad, mis ojos arrojan fuego, mi aliento silba, mi cabeza se pierde... porque la amo... la amo... y quiero... quiero venganza. Doña Clara no le escuchaba. Buscaba apresuradamente un objeto.
Petrona se pone el abrigo y se dispone a salir. Todo se arreglará repito, por vía de consuelo. Tiemblo, hijita, tiemblo. No se sabe nada; no hay manera de saber nada. Y es terrible esto de no poder averiguar nada en ninguna parte. PEQUE
Trata de dominar tu espanto. ¡Por amor de Dios, no me engañéis, Marta! ¿Cuándo os he engañado? ¡Jamás!... ¡Jamás!... perdonadme esta duda. No sé lo que me pasa, tengo el corazón oprimido, apenas puedo respirar, tiemblo de pies a cabeza; una voz secreta me dice que voy a perderos para siempre. ¡Antes preferiría morir, Marta, a no volveros a ver más!
Tiemblo por usted y tiemblo por mí. Gillespie no necesitaba oir al profesor para darse cuenta de la gravedad de su acto. Pero renacía su cólera al acordarse de los pinchazos de aquellos pigmeos, y creía sentir aún el dolor en sus piernas. ¿Por qué no lo habían dejado dormir en paz?...
Palabra del Dia
Otros Mirando