Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de mayo de 2025
Pero éste, en vez de contestar a la sonrisa con otra, permaneció muy serio y asustado adivinando la tempestad que hervía debajo de tales palabras. En efecto, Rivera no tardó en murmurar una blasfemia espantosa. Estaba muy pálido y se le había formado un círculo oscuro en torno de los ojos.
El primer día que la vi le pregunté a D. Oscar, que iba conmigo: ¿Quién es esta joven? Tardó en contestar, y dijo al cabo con acento donde se traslucía sorda hostilidad: La hija de doña Tula. ¿Tiene más que ésta? No... Y es bastante. Me abstuve de insistir, porque el tono del enano era concluyente y revelaba mal humor.
A falta de otro expediente, verdad es que podía despedirla de su casa cubierta de ignominia, y lo pensó, pero la reflexión no tardó en mostrarle los mil peligros que traería un escándalo.
Había desplegado, en suma, todas sus baterías, mostrándose a la vez cándida y maliciosa, dulce y arisca, reservada y charlatana, grave y retozona como una loquilla, como niña ligera e insustancial, pero adorable. Al fin Núñez, el capitán Núñez, no pudo resistir a tal graciosa mezcla de inocencia y malicia, y se replegó primeramente, y no tardó luego en rendirse.
En vista de esto, el joven dijo que esperáramos un momento a que llegara su padre. No tardó mucho en venir. Era un hombre viejo, encorvado por la cintura, con el pelo blanco y la pipa en la boca.
Por fin consiguió Roger ponerlos en paz, y habiendo cesado la lluvia se despidió de aquellos divertidos polemistas. No tardó en divisar grupos de cabañas, campos cultivados y una que otra granja; pero el sol se acercaba á su ocaso cuando el viajero vió á distancia la elevada torre del priorato de Salisbury.
La fiebre de la caída de la tarde había disminuido; los sudores que inundan por las noches a los tísicos, no eran tan abundantes. El corazón de la enferma no tardó también en entrar en convalecencia. Su desesperación, su humor huraño y el odio a los que la amaban, cedieron la plaza a una melancolía dulce y benévola.
Y era lo extraño, que aunque Petra era expedita y tenía la mano larga para el trabajo, nunca tardó menos de media hora en pegar un botón a Marroquín o en coserle el más insignificante siete.
Soy tardo en recoger las provocaciones, pero una vez resuelto á obtener reparación la exijo mientras me quedan fuerzas y alientos. Ma foi, pues bien pocos os quedan ya, exclamó Germán bruscamente. Estáis blanco como la cera. Seguid mi consejo y dad por terminada la cuestión, que no os podéis quejar del resultado. No, insistió Roger.
Doscientos cincuenta años se tardó en construirlo, y todavía hoy se sigue trabajando en pormenores de ornamentación.....
Palabra del Dia
Otros Mirando