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Actualizado: 4 de julio de 2025


Pero ¿por qué andaban escasos de armas los alemanes? Pues simplemente porque los aliados les tomaron más de cuatro mil cañones desde el mes de julio. Supongamos que yo me lanzo con un cuchillo sobre el lector. El lector retrocede, para el golpe, y se pone a forcejear conmigo hasta que logra desarmarme.

Pero supongamos que un filósofo se digna descender del olimpo de las abstracciones incomprensibles, y no se desdeña de hablar el humilde lenguaje de lo mortales, presentando el argumento psicológico bajo una forma mas sencilla, ¿quién sabe si la conviccion producida seria algo mas difícil de destruir? ensayémoslo.

Sabes que en estas cuestiones hace entre nosotros cada uno lo que quiere. Papá y yo no creemos en ciertas cosas, y nunca hemos practicado, como dicen los devotos: vosotras no lo habéis hecho porque no habéis querido, pero nadie os ha obligado a ser judías. ¡Hombre, judías no somos! Bueno; supongamos que ahora os da por ahí, en esto no me meto.

El Magistral recordó la dulcísima hipótesis que había acariciado algún día... y ahora se oponía esta otra que le hacía saltar dentro del cajón de celosías: supongamos que sueña con... ese caballero». Salió de la capilla furioso, sin disimularlo apenas.

Además, ó cada una de las substancias A B C está compuesta de otras ó ; si no está compuesta, es simple, y nos hallamos con una substancia simple y perceptiva; entonces, ¿á qué poner tres bastando una? si está compuesta, todavía se aumenta la dificultad: porque supongamos que A está formada de dos substancias que llamarémos m, n; la representacion de metal que habia en A, tendremos que distribuirla en m, n, en cuyo caso lejos de poder llegar á un juicio, no tendremos ni aun sujeto, pues que no será dable formar la representacion de metal, supuesto que m, n, se la tendrán repartida.

Supongamos ahora, que Ariston es curioso en las cosas naturales, y luego su curiosidad le mueve á saber qué arbol es el que tiene por grande.

¡Oh! ¿Qué haría yo, dice usted? repuso acercándose á con tal violencia, que pensé que me iba á saltar los ojos con su nariz, qué haría yo? Seguramente había de tirar mucho partido de esos elementos. Supongamos que soy la autora: ese joven pobre es muy hermoso, es moreno é interesante, un tipo meridional, tórrido, un hijo del desierto.

Pero también me añadió: «si quiere». Es decir, que dejaba a mi elección tirarle o no tirarle. Tampoco se me escapó este particular. Pero supongamos que yo, en uso de mi derecho, me hubiera quedado con el clavel: ya daba al acto una significación grave, de cualquier modo que le ejecutara: callándome la boca, o explicándole.

Contra enfermedad tan horrenda, no hay remedio, por duro que sea, que pueda censurarse. Supongamos por un momento que cuanto viste, y cuanto hiciste, desde que por virtud de las pociones mágicas imaginaste despertar remozado, todo carece de ser real fuera de ti.

Pero supongamos el mencionado encierro muy factible. ¿No llega Ignacio al último límite de la extravagancia y no nos hace recelar que está loco de veras cuando toma la determinación de quedarse para siempre entre los locos y de pasar allí su vida sin querer probar que está cuerdo?

Palabra del Dia

buque

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