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Actualizado: 13 de mayo de 2025
La poligamia con toda la asquerosa desnudez venía sucediéndose en las costumbres de aquellos isleños, y la poligamia que necesariamente había de ser combatida en los ascéticos principios de San Vítores produjo sus consecuencias.
Desnoyers pensó que su castillo no era mas que uno de los muchos hospitales establecidos en una línea de más de cien kilómetros, y que al otro lado, detrás de los franceses, existían centros semejantes y en todos ellos reinaba igual actividad, sucediéndose con aterradora frecuencia las remesas de hombres moribundos.
Pero lo que dio más juego fue cierto aparato de proyección o linterna mágica que uno de ellos compró para dar sesiones en la tertulia. En seguida malicié de lo que se trataba, y más viendo que el que mostraba las vistas era siempre distinto, sucediéndose en esta tarea, que debía ser la más ingrata, por riguroso turno.
Kant le hacía ver que este enlace no es más que el encadenamiento no interrumpido de los cambios sucediéndose en el tiempo, que cada efecto es un cambio y cada causa también. Por lo tanto, que es tan absurdo pensar en una causa primera de las cosas como en el sitio en que termina el espacio o el instante en que el tiempo ha comenzado. El pánico se apoderó de su alma como nunca.
Después quedó algún tiempo sin movimiento y sin respiración, pero los cuidados que recibió del señor de Seligny y de las gentes de la casa reanimaron un momento su vida y pareció querer hacer una revelación importante, sucediéndose sonidos inarticulados en sus labios: «Adela», dijo. «Sí, ya lo sé», contestó el señor de Seligny tratando de evitarle la dificultad de las explicaciones difíciles. «Adela continuó Montbreuse , la hija de Angélica...» «Ya lo sé.» «Adela, la más pura, la más virtuosa de las criaturas...» «¿Y bien?» «Adela, inocente, digna de usted, digna de él... está secuestrada por orden mía...» Maugis no pudo acabar.
Jóvenes ilustradísimos, avezados á la clínica y á estudiar la dolencia á la cabecera del enfermo hemos visto desconcertarse ante el extraño y mortífero desarrollo de aquellas fiebres, en las que las intermitencias unas veces, son verdaderamente locas, y otras pasan completamente desapercibidas, sucediéndose una fiebre á otra en la generalidad de los casos, sin dar lugar á poder emplear la quinina.
Esta mortificante decepción se le aparecía como un anillo más de la cadena de hechos dolorosos que iban sucediéndose desde su llegada a Val-Clavin. Una fresca brisa que bajaba de las alturas inclinaba muellemente los sembrados y movía con levísimo rumor las copas de los árboles.
Palabra del Dia
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