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Actualizado: 12 de junio de 2025
Por los tristes dolores que sufríste, por los que has de sufrir, seca tu llanto, y a la pálida novia que a tí viene, sedienta de tu amor, abre los brazos. Sonríe, poeta del dolor, sonríe: la hora de los besos ha sonado. La vida es un dolor. Es algo incierto, lleno da brumas y de ensoñaciones que nos hacen temblar. Sepulcro abierto para enterrar en él las ilusiones.
Que salieron de este pueblo á 17 de Abril: que no hallaron agua en 25 leguas por la mucha seca; y que cuando esta no es mucha, se halla en cada jornada, de lagunas, que no hay arroyos hasta una jornada antes de las Sierras del Volcan.
Eso es verdad interrumpió el artillero-cirujano-calafate , nada bebe tanto como un herido; son lo mismo que los borrachos, siempre tienen la boca seca. Y cuando estemos sin agua y sin galleta, ¿será el señor Kernok el que os dará lo que falte? Nos veremos obligados a comer nuestra carne y a beber nuestra sangre, como tendrán que hacer ellos; ¡vaya un alimento perro!
Absorbe hasta la última gota, y cuando la fuente queda seca, marcha en escuadrón á la descubierta de la cigarra, que ha abierto un segundo manantial, y le roba igualmente el fruto de su trabajo.
Pero tía contestó la joven , yo no sé por qué esa cruz se llama del Negro; además, ya me tenía seca tanta conversación. Entonces prosiguió la tía deberías haberle dicho que lo ignorabas; y no inducirle en un error tan craso. Estoy segura de que insertará ese disparatón cuando escriba su Viaje a España. ¿Y qué importa? dijo Rita.
Una de las dos monjas era joven, coloradita, de boca agraciada y ojos que habrían sido lindísimos si no adolecieran de estrabismo. La otra era seca y de edad madura, con gafas, y daba bien claramente a entender que tenía en la casa más autoridad que su compañera.
De tanto hablar allá dentro, tenía la boca seca y amarga y se le antojaba sentir un saborcillo a cobre. Se encontraba un aire de monedero falso.
El dia 11 salieron á medio dia, y á dos leguas de distancia encontraron un arroyo de tres palmos de hondura, y despues á poca distancia entre sí, otros tres que estaban secos, luego otro de mas de tres palmos de agua. Que salieron de las cuestas enderezando algo hácia el mar, por ver que los arroyos, á causa de la seca, no estaban tan crecidos como lo pensaban. Caminó cosa de tres leguas.
Por lo cual, para navegar en tiempo de seca desde Cuyabá al Xaurú, y pasar á Mattogroso, se hallan los portugueses necesitados á dar una grande vuelta, bajando al rio de los Porrudos, y por este al rio Paraguay, por el cual vuelven á subir mas de sesenta leguas hasta la boca del Xaurú.
A él no le habrían regalado una flor en toda su vida... Y es posible también que sobre su cadáver encontrasen esa flor seca, como un recuerdo misterioso que nadie ha podido explicarse... ¿No sabe usted algo de esto, Gallardo? ¿No dijeron nada los periódicos?... Cállese, no diga que no; no desvanezca mis ilusiones.
Palabra del Dia
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