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Actualizado: 17 de mayo de 2025
El carácter del zamboangueño es una mezcla de las mejores cualidades revueltas con todos los vicios; generosos y valientes, son muy amantes de los españoles, habiéndonos ayudado siempre en todas nuestras empresas al S. del Archipiélago; pero al reverso de ésto, viciosos y holgazanes, no encuentran mejor ocupación que la del juego; son pacíficos y muy temerosos de la justicia y amantes de la religión.
Desde que en la tertulia de Anguita se supiera que era poeta, no sólo las niñas de la casa, sino cuantas tertulianas allí acudían, se creyeron con derecho para exigir de mí que llenase con versos aquel malhadado reverso.
Pues bien, lo que más me pesaba no eran los paisajes, y eso que hay en ellos montañas de café con leche y mariposas que parten los corazones, sino precisamente el reverso blanco, lo que parecía que no debía de dar cuidado a nadie.
He ahí por qué vuestra filosofía moral en el trabajo y el combate debe ser el reverso del carpe diem horaciano; una filosofía que no se adhiera a lo presente, sino como al peldaño donde afirmar el pie o como a la brecha por donde entrar en muros enemigos. No aspiraréis, en lo inmediato, a la consagración de la victoria definitiva, sino a procuraros mejores condiciones de lucha.
En el anverso del as de bastos había tres columnas paralelas, de cinco letras cada una, colocadas en esta forma: E H N Luego, di vuelta al rey de espadas, y en el reverso encontré sólo estas catorce letras: Q W F ¿Qué significará todo esto? exclamé, examinando cuidadosamente, a la luz, los caracteres escritos.
De estas pocas palabras, saqué yo las siguientes conclusiones: Primero, como había descubierto desde hacía un mes que mi existencia era monótona, que me faltaban muchas cosas, que la posesión de un cura, una tía, conejos y gallinas no constituían la felicidad, colegí que una vida alegre era evidentemente el reverso de la mía, y por consiguiente Francisco I había dado, eligiéndola, pruebas de mucho juicio.
El reverso de una medalla; La antítesis de una bella idea; El interior de un sepulcro blanqueado; Sarcasmo y podredumbre.
Era Pedro de Vesín, que entraba. El fiscal se aproximó sonriente á miss Maud y le besó la mano. Saludó al gracioso grupo de mujeres y apoyándose en la chimenea, dijo: El cuadro que se acaba de trazar es halagüeño, pero tiene un reverso que es preciso mostrar. En la carrera artística, como en las demás, entra por mucho la suerte.
No hay duda dije yo, al notar, mientras estaba agachado, recogiendo el resto del paquete, que todas ellas, tanto por el anverso como por el reverso, tenían catorce o quince letras escritas, en tres columnas, todas, por cierto, enteramente ininteligibles. Las conté. Formaban un paquete de treinta y una cartas, faltando el as de copas, que habíamos encontrado antes.
Y el tío Frasquito, rebosando indignación, palpábase con el reverso de la mano el sitio en que, naturales o postizas, debía de tener las suyas. Jacobo nada decía, y comenzando el viejo a notar su preocupación, indicóle bonitamente que el almuerzo terminaba y le estaba ya estorbando.
Palabra del Dia
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