Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 26 de mayo de 2025


Encontróle todo alborotado con los noticiones políticos, que acababan de confirmar los pocos periódicos que se recibían en aquellos andurriales.

A pesar de estos finos comentarios, hechos sin recato ni vergüenza delante de la misma Carmen, las de Rucanto recibían a Salvador con agasajo y blandura, considerándole «un buen partido». Delante de él halagaba doña Rebeca a la niña y ponderaba su crecimiento y donosura.

Jacobo, sin embargo, aparentando no echar de ver la frialdad con que le recibían, cercioróse por mismo de la verdad de las noticias de Diógenes, sin dejar traslucir tampoco la inquietud que al pronto le habían estas causado.

Luchaban unos con otros, cayendo y levantándose en revuelta confusión, mordiéndose, saltando y atropellando entre los movimientos de su horrible contienda á Batilo y al ratonero, que, revueltos entre las patas de los contendientes, recibían los ultrajes de todos.

Recibían la limosna con altanería. El mendigo estaba ungido por las palabras del Rabí, y creían de buena fe que beneficiaban a sus donantes, pues así edificaban su ánima por la caridad. Les hacían la merced de dejarse dar limosna. Una tarde paseábase por las Platerías un hidalgüelo gabacho, cuando le asaltó un mendigo de nobles barbas blancas y aspecto distinguido.

Una vez la necesidad satisfecha, quedaría prisionero; se vería envilecido, igualándose con los miserables que horas antes recibían sus golpes. Ella arrostraba todos los peligros y sufrimientos antes que despojarse del casco y el escudo, símbolos de su estirpe superior.

Y por dicha suya, no tenía que calentarse la cabeza para discurrir el empleo de sus sobrantes, pues allí estaba su hermana Candelaria, que era pobre y se iba cargando de familia. Sus hermanitas solteras también recibían de ella frecuentes dádivas; ya los sombreritos de moda, ya el fichú o la manteleta, y hasta vestidos completos acabados de venir de París.

Mientras tanto Reynoso y Elena, Escudero, doña Eugenia y Araceli, todos los parientes en suma del afortunado autor recibían alegrísimos las enhorabuenas de los amigos y conocidos. Elena había tenido en el entreacto la visita de algunos, entre ellos de Gustavo Núñez, quien sólo permaneció a su lado algunos instantes grave y ceremonioso.

En realidad, todo lo que era él: sus empleos generosamente retribuídos, las invitaciones de que se veía objeto, el agrado con que le recibían en todas partes, lo debía á ser el esposo de «la bella Elena». La verás dentro de poco... porque vas á quedarte á almorzar con nosotros. No digas que no.

Para este objeto habia el Califa dotado el establecimiento de una manera espléndida. Los estudiantes, de mejor condicion que los modernos sopistas, recibian comida diaria, provisiones de todo género, y ademas una pequeña cantidad en metálico; los sabios formados tenian asignadas pensiones anuales sobre el tesoro, cada cual segun su mérito y circunstancias personales.

Palabra del Dia

tundas

Otros Mirando