United States or Ecuador ? Vote for the TOP Country of the Week !


Las salas de los tenientes de armas, y las palestrillas que en Tablada y en el Pópulo, fuera de muros, y dentro de ellos en las plazas y lugares más públicos se mantenían, eran frecuentemente visitadas por Cervantes y sus amigos, donde nuestro ingenio lucía su gran destreza, ya con espada prieta, ya con espada y daga; allí donde había mozas de empeño, gente alegre, decidora y maleante, música y alegre bullicio, era cosa fácil encontrar a nuestro Miguel, siempre dispuesto al lucimiento del ingenio, a las locuras de la mocedad y a los percances de la riña.

Pues, si estos actos atraían la atención ó interés de todas las clases, volvamos la vista hacia el Arenal: allí presenciaríamos entre otros animados y vistosos cuadros que tan frecuentemente se sucedían, los de las públicas lecciones de esgrima, que ante numeroso concurso de la soldadesca de mar y de tierra, de rufianes y bravos de profesión, de moriscos y de indios, mulatos y negros, daba algún maestro de los muchos que entonces bullían por la ciudad, demostrando las excelencias de la espada blanca ó de la prieta, así como la bondad de las escuelas, de los maestros Francisco Roman, Bernal de Heredia ó de los sucesores de éstos, los famosos Carranza ó Pacheco de Narváez.

Al fin han procurado convenirse En que salgan los viejos y mugeres, Y frailes y muchachos del poblado, Y que á la mira quede allí el soldado. La mísera hacienda recogida A prieta, de tropel y sin concierto. En carros y carretas fué metida, Que huir, todos dicen, es lo cierto.

Verás toda esa tierra, cuya riqueza mineral se esconde en muy profundos criaderos de diferentes metales y carbon de piedra, cubierta de dehesas, de encinares, chaparros, charnecas, brezos y mata prieta, poblada de rebaños y piaras, sin mas industria que el tejido de bayetas y la alfarería.

El socorro que digo, pues, venido Alegra nuestro ejército hambriento, Y en gozo y en placer es convertido, El pasado dolor y gran lamento: Mas nuestro Yamandú ya arrepentido, De estarse con nosotros tan de asiento, En una tenebrosa noche y prieta, Sin nadie lo sentir, huyendo aprieta.

Lo primero que se les presentó fué Cunegunda y la vieja que estaban tendiendo unas servilletas para que se enxugasen en unas tomizas. Al ver esta escena, se puso amarillo el baron; y el tierno y enamorado Candido contemplando á Cunegunda toda prieta, los ojos lagañosos, enxutos los pechos, la cara arrugada, y los bazos amoratados, se hizo tres pasos atras, y se adelantó luego por buena crianza.