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Actualizado: 8 de mayo de 2025
Yo me iba entreteniendo por el camino considerando en estas cosas, cuando pasado Torote, encontré con un hombre en un macho de albarda, el cual iba hablando entre sí con muy gran prisa y tan embebecido, que aun estando a su lado no me veía. Saludéle y saludóme; preguntéle dónde iba, y después que nos pagamos las respuestas, comenzamos luego a tratar de si bajaba el turco y de las fuerzas del Rey.
Confieso que, aunque iban mezcladas con risa, las calamidades del dicho hidalgo me enternecieron. Preguntéle cómo se llamaba y adónde iba y a qué. Dijo que todos los nombres de su padre: don Toribio Rodríguez Vallejo Gómez de Ampuero y Jordán. No se vio jamás nombre tan campanudo, porque acababa en dan y empezaba en don, como son de badajo.
El 28, habiendo salido con el sol, á las dos leguas de camino a la parte del S, nos salieron unos indios Sinipés; uno de ellos era algo ladino: preguntéle por su capitan, y díjome que se llamaba Dupulem; que estaba allí cerca, que le iria á llamar. Con efecto, á las dos leguas salió dicho capitan, con su ladino é indiada de mas de 200 de chusma.
A veces, una palabra como «oguía», que significa pan, le desconcierta a uno; pero luego resulta que se trata de un derivado de hogaza. No se fije usted me dijeron algunos amigos . Los que dicen «tenedoróa» y «genté elegantía» no saben vascuence; pero pregúntele usted a Mourlane Michelena...
Y, apartándose don Antonio de la cabeza, dijo: -Esto me basta para darme a entender que no fui engañado del que te me vendió, ¡cabeza sabia, cabeza habladora, cabeza respondona y admirable cabeza! Llegue otro y pregúntele lo que quisiere.
"Maldiga Dios dijo él tan mala gente, pues faltaba entre tantos un hombre de discurso." Pregúntele que cómo o por qué se podía decir tal del lugar donde asistían tantos doctos varones, y él, muy enojado, dijo: "¿Doctos?
Mientras las dos mujeres cumplían el mandato y mullían y arreglaban el montón resultante para menor incomodidad del enfermo, salió Neluco del dormitorio y yo tras él, por una seña que me hizo. Esto va por la posta me dijo, de modo que no lo oyera el enfermo. ¿Tan grave le halla usted? preguntéle. Gravísimo me respondió . Cuestión de horas más o menos.
-Maldiga Dios -dijo él- tan mala gente como hay en ese pueblo, pues falta entre todos un hombre de discurso. Preguntéle que cómo o por qué se podía decir tal de lugar donde asistían tantos doctos varones. Y él, muy enojado dijo: ¿Doctos?
¡Sí, él! ¡Usted es una criatura! ¡Pregúntele de dónde ha sacado su fortuna, robada a sus clientes! ¡Y con esos aires! ¡Su familia irreprochable, sin mancha, se llena la boca con eso! ¡Su familia!... ¡Dígale que le diga cuántas paredes tenía que saltar para ir a dormir con su mujer, antes de casarse! ¡Sí, y me viene con su familia!... ¡Muy bien, váyase; estoy hasta aquí de hipocresías! ¡Que lo pase bien!
Es verdad que estaba, pero yo lo he negado, y para dar más fuerza a mis argumentos he dicho: «Pregúntele usted al Sr. D. Gabriel, y como no diga que estuvimos juntos viendo sacar agua de la noria...». Pues vamos allá. Entramos, pues, y en la reja del patio, el criado nos dijo que la señora doña María había salido.
Palabra del Dia
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