Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de julio de 2025


Creyéndolo así Julián, y no pareciéndole cortés desairar a su huésped, cargó la mano en la sopa y el cocido. Grande fue su terror cuando empezó a desfilar interminable serie de platos, los veintiséis tradicionales en la comida del patrón de Naya, no la más abundante que se servía en el arciprestazgo, pues Loiro se le aventajaba mucho.

El dueño de la tienda, un español cachazudo, no sabía cómo atender tantas y tan diversas peticiones. Querían comer; indicaban platos a su gusto, y el tendero contestaba a todos afirmativamente, pero aplazando el cumplimiento de sus promesas por una o dos horas, el tiempo necesario para ir y volver a Río Janeiro.

Sobre el aparador estaban, aún sucios, los platos que sirvieron para la cena de la víspera; en el centro de la mesa veíase el mantel hecho un rebujo, las migajas sobrantes esparcidas en su derredor, y junto al balcón una canastilla llena de ropa blanca atrasada y sin repasar. En cambio prosiguió el viejo señalando a la pared llueven estampas.

Eso es; además, y para que no te equivoques, ten presente que la perdiz estará adornada con berros, y que tendrá todas las patas y el pico. No se me escapará. Veremos si eres hombre de ingenio. Descuida. Procura que sea de los primeros platos. Ya... Después... Inesilla te quiero mucho, y la señora Luisa quiere mucho también á don Juan de Guzmán... el viejo es rico y puede morir...

Queriendo hacer algo, se quitó los guantes é intentó lavar los platos; pero inmediatamente volvió á ponérselos temiendo que el agua fría perjudicase la finura de sus dedos y el brillo de sus uñas. Precisamente, en los momentos de desesperación por su nueva existencia, lo único que le proporcionaba cierto alivio era contemplar melancólicamente sus manos.

Silbaba desde abajo para que los trabajadores hiciesen descender el cable, y sentándose en uno de los platos más pequeños empleados en el servicio, subía sin fatiga hasta la gran planicie donde apoyaba sus codos el gigante amigo.

Entonces el sabio higienista hacía subir de la cueva los mejores vinos y, así como por casualidad, tenía siempre delicados y suculentos platos que ofrecer á su convidado ó convidada. Esto era lo que él llamaba conservarse el estómago.

Tísicos colchones, jergones rellenos de escandalosa hoja de maíz, sillas de esparto, sartenes, calderas, platos, cestas, verdes banquillos de cama, todo se amontonaba sobre el carro, sucio, gastado, miserable, oliendo á hambre, á fuga desesperada, como si la desgracia marchase tras de la familia pisándole los talones.

Sobre la cubierta de mármol blanco de la cómoda, sin mantel, ni servilletas, ni cuchillos, ni tenedores, ni platos, hemos colocado oportunamente el salchichon, el jamon dulce, las sardinas, las fresas, la botella de vino, la de agua y el pan. Aún cuando comemos en casa, esto nos parece una comida de campo.

Miguel al verlas dejó apresuradamente el paño y el plato que tenía en las manos, para que no le viesen ocupado en tarea tan poco varonil. Después de cambiar algunas palabras, Maximina, sin darse cuenta de lo que hacía, le alargó dos platos diciendo: Ya no nos quedan más que siete. Pero el joven, avergonzado y con muy mal humor, se los rechazó. Deje V... Deje V. eso.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando