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Actualizado: 18 de junio de 2025


Sanchica hace puntas de randas; gana cada día ocho maravedís horros, que los va echando en una alcancía para ayuda a su ajuar; pero ahora que es hija de un gobernador, le darás la dote sin que ella lo trabaje. La fuente de la plaza se secó; un rayo cayó en la picota, y allí me las den todas.

Con el Obispo ser particionero En su prisión afirma, y en la plaza Le corta la cabeza, y en picota La fija, y de traidor le reta y nota. La traicion de Esquivel está fundada En una informacion que ha fulminado, En que el Obispo y él, de mano armada Conciertan de prenderle: ha concertado Que el triste del Obispo en su posada Estè sobre fianzas encerrado.

Yo no entraré en la escabrosísima cuestión ética de si puede o no tenerse por cosa inmoral la representación artística de vicios y torpezas hediondas, cuando esto se hace, no con el fin de enaltecerlos, sino con el de clavarlos en la picota. La intención social del autor puede ser sanísima, y de esto no disputo.

Como el sagrado edificio estaba tan lleno que no podía dar cabida á ninguna persona más, se situó junto al tablado de la picota, hallándose lo bastante cerca de la iglesia para poder oir todo el sermón como si fuera un murmullo vago, pero variado, lo mismo que el débil acento de la voz peculiar del ministro. El órgano vocal del Sr.

El elegante se creía a la vergüenza en la picota, y de un brinco, que procuró que fuese gracioso, se puso en tierra. Sacudiendo el polvo de las manos y limpiando el sudor de la frente, dijo: ¡Es imposible! Que se busque otra escalera. Ya podía estar buscada... Si yo alcanzase... insinuó entonces el Magistral, con modestia en la voz y en el gesto.

No, amigo; no hay que pretender eso que usted quiere. Nada de identificar la cuestión política con la cuestión religiosa. En seguida cerraba contra Venegas. Era de oirle cuando, en un estilo conciso, breve, incisivo, ponía en la picota los dislates del pedagogo que nada sabía a derechas y todo se volvía palabras sonoras y retumbantes.

Por allí tenía que pasar yo para llegar a donde mi destino me arrastraba; y pasar por allí, por aquel, hombre, aunque no fuera más que pasar de largo, era, para una mujer de mi estómago, ir al patio de una cárcel, a la picota, a los cubiles del circo..., a las fieras mismas. »Llamele aparte en la primera ocasión de ello que tuve, y le cité para el día siguiente, después del almuerzo.

Durante años había contemplado las instituciones humanas, y todo lo establecido por la religión ó las leyes, desde un punto de vista que le era peculiar; criticándolo todo con tan poca reverencia como la que experimentaría el indio de las selvas por la toga judicial, la picota, el cadalso, ó la iglesia. Tanto su destino como los acontecimientos de su vida habían tendido á hacer libre su espíritu.

Y su busto sangriento y palpitante Pusieron por escarnio en la picota; Y su sangre que cae gota por gota Marcando está las horas del dolor. El pueblo le contempla con asombro Y de su labio cárdeno y helado Parece que esperase atribulado El grito de Esperanza y Redencion.

Y entonces yo, puesto que tenía descontado el aplazo, quise al menos darme el gusto de hablar con libertad. Muñoz le interrumpió, para demostrarle que recordaba todas las incidencias del asunto. Efectivamente, sin que se pudiera advertir demasiado tu intención, pusiste su libro en la picota. ¡Qué bien hablaste!

Palabra del Dia

rigoleto

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