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Actualizado: 18 de junio de 2025


Créese que el romance sobre los celos, de que habla en su Viaje al Parnaso, es el del Romancero, que comienza: Yace donde el sol se pone. Prólogo á las Novelas.

Coronas del Parnaso y platos de las musas, de Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo: Madrid, 1635. El caballero puntual, de Alonso de Salas Barbadillo, tres tomos: Madrid, 1619. El subtil cordobés Pedro de Urdemales, de A. de Salas Barbadillo: Madrid, 1620. Fiestas de la boda de la incasable mal casada, del mismo: Madrid, 1622. Casa del placer honesto, del mismo: Madrid, 1620.

Aun la metrificación suele ser exótica. Pero hay ternuras como la de Guerrero, tejiendo su canto A Hispania en el romance rotundo de los abuelos peninsulares. Los poetas de este PARNASO, por lo general, no parecen descubrir en su solar motivos de inspiración. Porque los encuentra, elogia Guerrero a Marfori en el proemio de Aromas de ensueño.

Hecho pues el sinpar recebimiento, Do se halló DON LUIS DE BARAHONA, Llevado alli por su merecimiento. Del siempre verde lauro una corona Le ofrece Apolo en su intencion, y un vaso Del agua de Castalia y de Elicona. Y luego vuelve el magestoso paso, Y el esquadron pensado y de repente Le sigue por las faldas del Parnaso.

Un quidam caporal Italiano, De patria Perusino á lo que entiendo, De ingenio Griego, y de valor Romano, Llevado de un capricho reverendo, Le vino en voluntad de ir á Parnaso, Por huir de la corte el vario estruendo.

Añádanse á éstas muchas más comprendidas en las colecciones vulgares del Teatro español, ocho en La Vega del Parnaso, y no pocas entre las sueltas, que se han impreso de vez en cuando de nuevo, ó que nos han sido conservadas en ediciones antiguas, hoy raras .

También dice Palomino que retrató a Don Francisco de Quevedo «con los anteojos puestos como acostumbraba de ordinario a traer». A fines del siglo pasado, era este lienzo propiedad de Don Juan José López de Sedano, quien lo mandó grabar a Carmona para el Parnaso Español . Hoy se considera perdido, y como antigua copia el que posee el Duque de Wellington . ¡Lastima grande que no se conserve el original!

Lope de Vega, Laurel de Apolo. Cervantes, Canto de Caliope y Viaje al Parnaso. El título de esta obra dice así: Philosophia antigua poética del doctor Alonso López Pinciano, médico cesáreo, Madrid, 1596. Sobre la antigua forma del prólogo, léase el artículo de Torres Naharro.

Habia dispuesto la ciudad tres arcos triunfales, «el uno de los cuales era la misma Puerta Real de piedra... En el primero estaban las figuras de los emperadores Maximiliano, y Cárlos, y el rey D. Fernando el Santo, y el rey nuestro señor. Habia otras pinturas de mucho entendimiento. Encima de este arco estaba fingido el monte Parnaso con la fuente Helicona que manaba agua de azahar.

Es el flagelo de poetas memos, Y echará á puntillazos del parnaso Los malos que esperamos y tememos. O, señor, repliqué, que tiene el paso Corto, y no llegará en un siglo entero. Deso, dixo Mercurio, no hago caso. Que el poeta que fuere caballero, Sobre una nube entre pardilla y clara Vendrá muy á su gusto caballero. Y el que , pregunté, qué le prepara Apolo? qué carrozas? ó qué nubes?

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