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Actualizado: 17 de mayo de 2025


¡Cuán célebres son los nombres de los pequeños arroyuelos del Hélada y del Asia Menor así transfigurados por los escultores y los poetas! ¡Cuando el viajero desembarca en el Helesponto, sobre las mismas playas donde Ulises y Aquiles sacaron sus embarcaciones sobre la arena; cuando apercibe el llano que en otro tiempo sostenía las murallas de Troya y ve su propia imagen reflejarse, bien en los famosos manantiales del Escamandro, ó en el agua cristalina del pequeño río Simois, donde estuvo á punto de perecer el valiente Ajax, bien pobre es su imaginación y bien rebelde su corazón si no se siente profundamente conmovido en presencia de esas aguas que el viejo Homero ha cantado! ¿Quién no se sentirá conmovido al visitar esas fuentes de Grecia, con sus hombres armoniosos de Caliroe, Mnemosina, Hipocrene, Castalia?... El agua que entonces manaba y que continúa naciendo todavía, es la que los poetas miraban con amor como si la inspiración hubiera salido del suelo al mismo tiempo que las fuentes; á esos hilillos transparentes iban á beber, pensando en la inmortalidad y queriendo leer el destino de sus obras en los rizos de la pequeña laguna y en las pequeñas ondulaciones de la cascadita.

Y porque fuese mas marabillosa La fiesta y regocijo, que se hacia Por la vitoria insigne y prodigiosa, La buena, la importante Poesia Mandó traer la bestia, cuya pata Abrió la fuente de Castalia fria. Cubierta de finisima escarlata, Un lacayo la truxo en un instante, Tascando un freno de bruñida plata.

Llegóse enfin á la Castalia fuente, Y en viendola infinitos se arrojaron Sedientos al cristal de su corriente. Unos no solamente se hartaron, Sino que pies y manos, y otras cosas Algo mas indecentes se lavaron. Otros mas advertidos, las sabrosas Aguas gustaron poco á poco, dando Espacio al gusto, á pausas melindrosas.

Y de Castalia en la corriente fresca El rostro se lavó, y quedó luciente Como de acero la segur Turquesca. Pulióse luego, y adornó su frente De magestad mezclada con dulzura, Indicios claros del placer que siente.

Hecho pues el sinpar recebimiento, Do se halló DON LUIS DE BARAHONA, Llevado alli por su merecimiento. Del siempre verde lauro una corona Le ofrece Apolo en su intencion, y un vaso Del agua de Castalia y de Elicona. Y luego vuelve el magestoso paso, Y el esquadron pensado y de repente Le sigue por las faldas del Parnaso.

Palabra del Dia

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