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Soledad, excitada por la comunicación de aquel veneno deleitoso, se enseñó a contestarle en papeles imprudentes a los cuales fiaba anhelos antes ignorados, leyendo mil veces embelesada lo que de palabra era incapaz de tolerar, y dejando otras tantas correr la pluma para hacerle confesiones y promesas que, teniéndole junto a , hubiera la vergüenza sofocado en sus labios.

Por sabido se calla que este realismo no es la misma cosa que en las escuelas de filosofía se llama así, y que es precisamente el sistema más idealista de todos. No se dice, pues, realismo en contraposición a nominalismo. El arte que hoy llamamos realista, es precisamente un arte nominalista o fenomenalista, si vale la frase; en una palabra, un arte experimental.

Y eso que el muy taimado callaba como un bellaco. Ni una palabra le había dicho después de haber descubierto y pagado el préstamo famoso de D. Benito.

Son estas ideas, representaciones sensibles, sino objeto de intuiciones puras; no se pueden descomponer, pero se pueden aplicar á infinitas cosas; no se explican con palabras, como un conjunto que comprende varios conceptos: la palabra con respecto á ellas, no ha de ser mas que una especie de excitante, con que un espíritu obra sobre otro espíritu, para enseñarle una cosa, sino para hacerle concentrar en mismo, para que note que la tiene ya dentro de , y aprenda en cierto modo lo que ya sabe.

-Eso no -dijo Sancho-; vuesa merced se esté quedo; si no, por Dios verdadero que nos han de oír los sordos. Los azotes a que yo me obligué han de ser voluntarios, y no por fuerza, y ahora no tengo gana de azotarme; basta que doy a vuesa merced mi palabra de vapularme y mosquearme cuando en voluntad me viniere.

Los jesuítas aparecían en las profundidades de las minas del Perú, en los mercados de esclavos de Africa, en las costas de las islas de las Especias y en los observatorios de la China; y hacían prosélitos y conversiones en países adonde ni la avaricia ni la curiosidad habían tentado aún á sus compatricios para que penetrasen; y predicaban y disputaban en idiomas de los que ningún otro natural de nuestro Occidente entendía palabra

Al hereje responderás con la palabra de la verdad, tratándole como amigo perdido que hay que reconquistar, no como enemigo que es preciso vencer, y rezarás por la salvación de quien persista en el error, pues ya que la religión no sea patrimonio de todos, séalo al menos la piedad. No mortifiques al moribundo con el recuerdo de sus delitos aquí abajo; habíale de sus esperanzas allá arriba.

Y convencida de que la fortuna que favoreció á los primeros Torrebianca acabaría por acordarse de su hijo, se alimentaba parcamente, comiendo en una mesita de pino blanco, sobre el pavimento de mármol de aquellos salones donde nada quedaba que arrebatar. Conmovido por la lectura de la carta, el marqués murmuró varias veces la misma palabra: «Mamá... mamá

17 pero no tienen raíz en , antes son temporales, que levantándose la tribulación o la persecución por causa de la Palabra, luego se escandalizan. 18 Y éstos son los que son sembrados entre espinas: los que oyen la palabra; 22 Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado, ni secreto que no haya de venir en descubierto. 23 Si alguno tiene oídos para oír, oiga.

26 Y vino palabra del SE