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Cuando Kant nos oponga que no podemos extender esta demostracion porque entonces salimos del campo de la experiencia, le replicaremos con este raciocinio: nuestra demostracion se funda en la idea de unidad y en el hecho de conciencia; la idea de unidad es general, y de consiguiente vale para todos los casos; el hecho de conciencia es una cosa que se encuentra en todo ser pensante, pues el pensamiento no es concebible sin un sujeto que pueda decir yo pienso; luego procedemos legítimamente al extender la demostracion de la simplicidad, á no ser que se pretenda dar á la palabra pensar, una significacion muy diversa de la que le damos todos, en cuyo caso salimos del terreno filosófico y entramos en una cuestion de palabras.

Ven ya, ¡oh venturoso mozo, y rey prudente!, y pon en ejecución el gallardo decreto de este destierro, sin que se te oponga el temor que ha de quedar esta tierra desierta y sin gente, y el de que no será bien la que en efeto está en ella bautizada; que, aunque éstos sean temores de consideración, el efeto de tan grande obra los hará vanos, mostrando la experiencia, dentro de poco tiempo, que, con los nuevos cristianos viejos que esta tierra se poblare, se volverá a fertilizar y a poner en mucho mejor punto que agora tiene.

Solamente hay una tendencia instintiva: ningún freno racional que se oponga. ¿Qué dominio de mismo tiene quien para refrenar su costumbre y pronunciar palabras sucias y obscenas recurre a la intervención de un santo? Falto de voluntad, desprovisto de la idea misma de lucha consigo mismo, ¿cómo puede triunfar sobre mismo?

Pudiera dilatarme mucho más en ponderar las fatigas gloriosas de los Jesuitas: pero acabo, por no ser cansado, diciendo: que no habiendo hallado en este libro cosa que se oponga á las regalías de S. M. ni á nuestra Santa fe católica, ni á las buenas costumbres, juzgo que se debe dar al autor la licencia que pide.

Pero lo cierto es que los contemporáneos del poeta no se escandalizaban de asistir á la representación de sus obras; que el mismo autor pertenecía á una orden monacal; que profesaba principios rígidos y severos; que existía una censura vigilante, á cuyo examen se sometían todos los escritos que habían de darse á la prensa, y que el cargo de censor estuvo siempre desempeñado por eclesiásticos, por lo cual no puede menos de sorprendernos, al leer en una de las licencias expedidas para la publicación de las obras de Tirso de Molina, «que nada se contiene en ellas que se oponga á las buenas costumbres ni comprendan ningún ejemplo pernicioso para la enseñanza de la juventudEs de presumir, á pesar de esto, que algunos escrúpulos hubo de sentir el poeta fraile, allá en los repliegues de su conciencia, cuando sólo con nombre fingido permitió que circulasen sus comedias, publicando otras muchas obras suyas con el verdadero.

Es el enemigo un caballero principal, tan audaz como rico, el cual entiende que no debe haber obstáculo que se le oponga ni voluntad que se resista.

Cuyos motivos y no haber encontrado algo que se oponga a las Regalías de Su Magestad, grangean de justicia la licencia de la Estampa. Mallorca y Agosto 18 de 1691. D. Diego Jerónimo Costa Abogado Fiscal Patrimonial. Imprimatur El Conde de Santa María de Formiguera, Lugartinente de Virrey y Capitán General de Mallorca.

Y con efecto: salta á los ojos que debe de ser errónea una ciencia que se oponga á una necesidad y contradiga un hecho palpable: no merece el nombre de filosofía, la que se pone en lucha con una ley que somete á su indeclinable imperio la humanidad entera, incluso el filósofo que contra esta ley se atreve á protestar.

Verla y sentir un miedo muy grande, pero muy grande, fue todo uno. «¡Si mi tía lo sabe...!». Pero del miedo salió al instante la reacción de valor, y apretó los puños debajo de la capa, los apretó tanto que le dolieron los dedos. «Si mi tía se opone, que se oponga y que se vaya a los demonios». Nunca, ni aun con el pensamiento, había hablado Maximiliano de doña Lupe con tan poco respeto.

Digan lo que quieran, siempre ha sido así. Las muchachas con buen dote siempre han sido buscadas; las otras se casaban como podían. Hoy, el matrimonio no es fácil cuando no se tiene nada; pero no estás en ese caso. Tu pequeña fortuna y lo poco que yo te dejaré, te permiten hacer una elección honrosa. No veo nada que se oponga a tu matrimonio. ¿Nada? ¿Y el marido, abuela, qué haces de él?