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Actualizado: 3 de julio de 2025
Mujeres glaciales que le trataban con visible despego, mujeres de reconocida virtud que repelían con su aspecto toda audacia, se habían acercado á él con repentina decisión, solicitando un préstamo y preguntando acto seguido á qué hora podía ofrecer el príncipe una taza de té en Villa-Sirena. Recordó al coronel, que consideraba el juego como el peor de los enemigos de la mujer.
17 antes pondremos ciertamente por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer sahumerios a la reina del cielo, y derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y fuimos llenos de pan, y estuvimos alegres, y nunca vimos mal.
Pero el lugar y tiempo que les queda Para mostrar alguna recompensa, Es causa que con menos fuerza pueda Fatigar el rigor de tal ofensa: De hoy mas con presta voluntad y leda El mas minimo de estos cuida y piensa De ofrecer sin reves á tu servicio La hacienda, vida y honra en sacrificio.
La desenfrenada fantasía del poeta le impide caminar por el cauce, que puede acercarlo á la verdad ó á la verosimilitud; sobrepónese á todo escrúpulo para ofrecer una situación interesante ó de efecto, ó un diálogo brillante; por lo demás, se le importa poco que la acción siga sus pasos regulares, ó que sean ó no constantes los caracteres de sus personajes.
La reunion de estas condiciones forma la idea de una inactividad ó inercia absoluta; el estado de un tal ser, es el de una inaccion absoluta. Si queremos caracterizar algun tanto esta idea general para que pueda ofrecer algo á nuestra intuicion, no encontramos otro medio que el de añadirle la idea de extension, con lo cual formamos en algun modo la idea de materia inerte.
La mitad de la culpa por lo menos la tendrá usted, señor marqués exclamó . ¿Quiere usted hacerme favor de un cigarrito? Al ofrecer la petaca abierta, don Pedro hizo una pregunta. Máximo recobró la seriedad para contestarla. Yo no he dicho tanto como eso.... Me parece que no.
María se escapó corriendo. Al par que se ejercitaba en la humildad no descuidaba tampoco otra virtud, que es, por decirlo así, el fundamento de nuestra religión y el timbre mayor de gloria que la criatura puede ofrecer a Dios: la virtud de la candad.
Los sentimientos más opuestos brotan en su pecho, sin ofrecer las gradaciones que entre nosotros, y junto al hielo más endurecido yace el fuego más violento. Con tanta facilidad pasa el español del amor más ardiente al odio más intenso, como si hubiese bebido en la fuente de la fábula de Ariosto.
Y nada de este cuadro ofrecía por sí algo de extraordinario, pues este nuevo interlocutor, que tomamos la libertad de ofrecer al leyente, como siempre, a la propia hora y en el mismo punto y sitio tomaba algún descanso, saludaba por las más veces con toda su garganta aquel asueto a su fatiga.
No se nos oculta que algunos, y acaso muchos, de nuestros juicios han de parecer excesivamente severos; pero tal consideración no puede inducirnos á modificarlos, pues si tal hiciéramos dejaríamos de ser sinceros. Al ofrecer al público este modesto libro, nos propusimos, ante todo, decir la verdad; y creemos haber cumplido fielmente nuestros honrados propósitos.
Palabra del Dia
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