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Actualizado: 24 de mayo de 2025
Muy señor mío: A usted, señor Fígaro, observador de costumbres, me dirijo con dos objetos. Primero, quejarme de mi mala estrella.
Por eso la Comisión había creído oportuno traerlo á este acto en vez de dejarlo á bordo de la flota, donde sólo podía servir para suposiciones erróneas y perturbadoras. ¡Muy bien! ¡muy bien! volvieron á decir por lo bajo los señores del gobierno y sus allegados. A partir de este momento, el desfile de objetos perdió decididamente todo interés.
Los espasmos de las personas histéricas en los que la cicuta es el medicamento indicado, tienen su punto de partida en el útero, con presion en la garganta y sensacion de una bola que asciende del fondo del estómago, desvanecimientos que obligan á apoyarse en los objetos próximos, y mal humor.
Lo que me agradaba también mucho eran los objetos del culto japonés, sus diminutos dioses de madera pintada, las casullas, los vasos sagrados y esas capillas portátiles, verdaderos teatros de muñecas, que conservan los fieles en un rincón de su casa. Los pequeños ídolos rojos están alineados en el fondo, hacia adelante pende una cuerdecita con nudos.
Lo que es indivisible de esta manera, no se aplica á lo continuo como cosa que le pertenenezca, sino en cuanto lo toca con su actividad: y así segun que esta pueda extenderse á uno ó muchos objetos, á lo pequeño ó á lo grande, se halla en uno ó muchos lugares y en un lugar pequeño ó grande.»
El dueño protestó: ¿para qué este destrozo inútil?... Experimentaba una tortura insufrible al ver las botas enormes manchando de barro las alfombras, al oir el choque de culatas y mochilas contra los muebles frágiles, de los que caían objetos. ¡Pobre mansión histórica!... El oficial le miró con extrañeza, asombrado de que protestase por tan fútiles motivos.
Un resplandor de oro, de piedras preciosas, de objetos de gran brillo, que aun parecían más esplendorosos en este ambiente de miseria, hirió los ojos del asombrado Maltrana. El tesoro era cierto. ¡Vive Dios! La realidad tenía sorpresas de cuento fantástico. El joven pensó por un instante en las novelas de portentosas aventuras leídas en su juventud. La vieja se gozaba en el asombro del nieto.
Pero en compensacion, el arte maravilloso, la abundancia de objetos en el escenario y los mil grupos de pequeños arbustos melancólicos de hojas persistentes, ó de plantas acuáticas, hacían un juego muy interesante.
El atung-taqui filipina, es el árbol hueco, descrito por los primeros exploradores de la India, y que todavía se conserva entre los moradores que habitan las orillas del Amazonas, y las dilatadas faldas del Chimborazo, según pudimos ver entre los objetos que los individuos de la expedición científica del Pacífico, exhibieron en los jardines del Botánico de Madrid.
Cuando llegó la hora de mi embarque, en plena noche, disfrazado de marinero, dejé en la taberna todos mis objetos de uso personal y el pequeño fajo de hojas escritas por ambas caras. Vagué tres meses por Italia, volví á España, y un consejo de guerra me condenó á varios años de presidio. Estuve encerrado más de doce meses, sufriendo los rigores de una severidad intencionada y cruel.
Palabra del Dia
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