Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de mayo de 2025
Sobre la bayeta verdegay, de pliegues y lóbulos graciosos, con que se viste la madre tierra, siempre doncella, se ha puesto, aquí y acullá, unos pomares enflorados, cándido ornamento. El cielo es tan gentil, puro y alegre, como colegiala impúber, vestida con atavío de mayo y de domingo; leves crinolinas nevadas, que translucen un fondo de seda azul.
Este rio, que es el mayor de todos los de la provincia de Caupolican, arranca, bajo el nombre de rio de Pelechuco, desde las cumbres nevadas que están al este de Suches, y formándose de muchos pequeños torrentes, desciende hasta el valle que lo denomina.
Si le destronamos y si logramos enseñorearnos de aquella ciudad, centro de la cultura y de la religión brahmánicas, no será difícil promover la sublevación contra los demás príncipes muslimes y crear un Estado independiente y único, en que prevalezcan e imperen los adoradores de Vishnú y de Crishna, desde los lagos de Cachemira y las nevadas cumbres del Himalaya hasta el Kersoneso de oro y hasta el enriscado promontorio donde se levanta el templo de la diosa virgen Kumari.
Abrense fugas también en las masas nevadas que llenan el fondo de los valles; si nos inclinamos al borde de uno de esos precipicios, veremos en el fondo algo negro bordado, como con encaje, por un poco de espuma; es el agua del torrente, y el sordo murmullo de los guijarros que rozan unos contra otros, sube por la tenebrosa abertura.
Deme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí un hijo». De Venezuela pasó, de nuevo, llena el alma de tristezas y emociones viriles, a la Babel moderna de los rubios mocetones y las nevadas inclementes: a New York, a esa ciudad de las ansias, de las regatas, de los afanes, de las prisas, a ese horno colosal donde se sazona el egoísmo y se pierden entre espirales de humo y ruidos de maquinarias, los besos y las lágrimas....
Un frío punzante e irresistible, el frío que sigue a las grandes nevadas, deslizábase por las rendijas de las maderas, filtrábase por las paredes. Feli se agitó en el lecho, murmurando con suspiro infantil, sin abrir los ojos: -Frío... mucho frío. Estaba cubierta por la única manta que tenían en la casa y el mantoncillo que le había comprado Isidro al comenzar el invierno.
Mientras se iba despojando de aquellas envolturas y accesorios, me decía: ¡Ah! pues gracias a que el tordillo tiene más agallas de lo que paez, y pudo con el espolique que a medio camino le cargué a las ancas, que si no... ¡jinojo! dígote que no llegamos vivos ninguno de los tres; porque nevadas he visto en lo que llevo de vivir; pero como ésta, ¡vaya, vaya!... ¿Y qué le pasa al pobre don Celso, hombre?
Su territorio empieza en esas nevadas y agudas cimas que forman, al oeste y sudoeste, la cordillera oriental.
Entrando en más explicaciones, supe que Pepazos, en cuanto vio caer los primeros copos de nieve, salió en busca de unas yeguas de su casa, que antes del mediodía andaban pastando en una hoyada a menos de una hora del pueblo, monte arriba. Las había visto él mismo. Tienen las yeguas libres la extraña condición de huir de las nevadas hacia las cumbres, al revés que todos los animales domésticos.
Cada arruga de la montaña puede reconocerse desde lejos en su verdadera forma por la espléndida corriente de nieve que la ocupa; cada roca saliente revela sus protuberancias en las capas nevadas de distinto espesor, que alternan con la roca desnuda. Donde la peña está formada por estratos regulares, la nieve dibuja limpiamente las líneas de separación.
Palabra del Dia
Otros Mirando