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Actualizado: 19 de junio de 2025
Gracias á Dios que he encontrado la verdadera y legítima ocupación de mi espíritu. Ni el amor pastoril, ni los placeres sensuales, ni la terrible y estúpida gloria, ni el misticismo estéril, enaltecen al ser. ¡El conocimiento! ahí tienes la vida, la verdadera vida, amigo vientecillo.
Inclinacion general á la holganza, y desaseo en los hábitos. Fuertes instintos de mendicidad. El sentimiento de la personalidad mucho ménos vigoroso que en los demas grupos. Tendencia muy notable al misticismo. Ausencia absoluta del sentimiento artístico. Pasion por los vestidos sombríos, y disgusto de lo pintoresco. Los hábitos tienen un poder irresistible.
Aniquilando por la resignación el deseo de mejorar, desalentó el esfuerzo, acrecentando la indigencia por la esterilidad, la inactividad y el misticismo, desde luego, y por la avaricia insaciable de las iglesias después.
Esa condición comporta modos específicos de pensar, sentir y de obrar, variables según su intensidad y el temperamento personal, desde la limosna a los pobres hasta la construcción de templos, desde la simple devoción preservativa hasta el misticismo y el delirio perseguidor, en que se transforma de suyo el delirio exacerbado de las persecuciones.
Creemos inútil advertir, que no es posible encontrar en las obras de Gil Vicente la profundidad de pensamiento y el fervor religioso, que caracterizan á los maravillosos autos de Calderón, y que hacen de ellos las producciones dramáticas más importantes que ha dado á luz el misticismo cristiano.
La imagen del gran muerto parecía presenciar todos los arrebatos de aquel amor, mezcla de pasión carnal y misticismo artístico: sus ojos azules, sumidos en la inmensidad, atravesaban los muros de la casita de los alrededores de Munich, donde se arrullaban pensando en él, el discípulo y la entusiasta devota.
Mi prurito de perderme en el Uno, absorbente, impersonal, que todo lo tiene en sí y nada tiene, es la más monstruosa perversión del espíritu. Es no saber vivir y gozar en el seno de este vario y bello Universo. Es crear un misticismo contrario al amor. Mi misticismo reconcentra el alma: el amor la difunde.
Su misticismo fantaseador y la convicción de que las tierras nuevas encontradas por él tocaban con el Oriente asiático le impulsaban a dar por realizados los más bizarros descubrimientos.
No fué el misticismo español de entonces huraño, egoísta y meramente contemplativo, aspirando á elevarse y á unirse con Dios para aniquilarse allí confundiéndose en la esencia infinita y desvaneciéndose en un perpetuo nirvana.
El rey, que era sumamente devoto, estaba encantado con su confesor, que pasaba con él largas horas hablando de cosas místicas, y con un misticismo tal, que aventajaba al del rey. Porque el alma del padre Aliaga estaba huérfana, sola y desterrada, y buscaba consuelos en la dulzura de la religión de Jesús.
Palabra del Dia
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