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Actualizado: 17 de noviembre de 2025


Estos mercaderes sólo interrumpían sus críticas para oír con religioso silencio la música de Wágner golpeada en el piano por las niñas de la familia. Un amigo con voz de tenor cantaba Lohengrin en catalán. El entusiasmo hacía rugir á los más exaltados: «¡El himno... el himnoNo era posible equivocarse. Para ellos sólo existía un himno.

Yo haré un azote durísimo de mis oraciones y penitencias, y con él la arrojaré de allí, como Cristo arrojó del templo a los condenados mercaderes. 18 de Junio.

A sus pies han estado príncipes y duques, guerreros invictos, acaudalados mercaderes y laureados poetas como Ludovico Ariosto, Fracastoro, el Aretino, Sannazaro y muchos más cuyos nombres no acuden a mi memoria.

D. José Salamanca compra con monedas que los demás banqueros no conocen; compra y vende mercancías que no conocen los demás mercaderes, y en esto consiste que los demás ricos, los muy ricos, parezcan muy pobres comparados á Salamanca.

El primero se encuentra situado ántes de pasar el rio, y se compone de casas diseminadas: en este grupo, que se llama la parcialidad de la Concepcion, es donde se hallan establecidos los mercaderes de toda especie de frutos, y á quienes los habitantes nativos dan en su lengua particular el nombre de mataguas, es decir, forasteros.

Tan conforme estoy contigo en lo esencial dijo Morsamor que tu sermón es inútil porque predicas a un convertido. Antes que todo y sobre todo yo quiero gloria y harto sabes cuan dispuesto y apercibido estoy a buscarla. Concertado lo tengo todo con los ricos mercaderes genoveses Gabriel Adorno y Gaspar Salvago.

Se albergaba en la hospedería del Sol de Oro. Era frecuentada esa casa por trajinantes y mercaderes de leña, resonando en ella, desde la mañana a la noche, los más discordantes rumores.

Los mercaderes de Venecia enviaban a sus amigos de Mallorca muebles de ébano con menudas incrustaciones de marfil y lapislázuli o grandes espejos de luna azulada y marco cristalino.

La charla en los mercaderes es aquí un verdadero y misterioso menjuge, una operacion química, velada por el arte de un hechicero. Orfila era un niño de teta, como suele decirse. En Paris no se escapa ningun bicho viviente; ni el oidium, ni las pulgas, ni las liendres, ni las chinches.

Sin dejar de tener la gravedad de la magnitud, el aire espléndido de la grandeza, la magnificencia liberal de la pompa, encontramos en ese alcázar algo festivo, algo risueño, algo popular. Es un noble, un magnate, un monarca, que sin dejar de ser monarca, magnate ó noble, tiene algo del antiguo preboste de los mercaderes.

Palabra del Dia

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