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Actualizado: 4 de julio de 2025
Suponiendo que se escriba con principios, se puede escribir después con varios fines. O se escribe para sí, o se escribe para otros. Descifremos bien esto. Lo que se escribe en un libro de memorias se escribe evidentemente para sí. De modo que un souvenir es un monólogo escrito.
En vano le llamé al orden y le rogué que continuase hablándome de la tertulia de Su Ilustrísima: le había tocado su cuerda más sensible, y, como siempre, se engolfó entre sus rancias memorias: no hallé medio de dirigirle una pregunta sin obtener por respuesta parrafadas como la anterior.
La =Colección Universal=, inaugurada por la editorial CALPE, publicará las mejores producciones literarias del ingenio humano, en todos los órdenes: novela, historia, poesía, ciencia, filosofía, teatro, memorias, viajes, ensayos, etc. La =Colección Universal= será pronto, para los lectores de habla española, un elemento indispensable de educación y cultura.
No es extraño pues que con tales maestros hubiesen alcanzado alto renombre los telares sevillanos, y que en nuestra ciudad fuese extraordinario el número de los destinados á la producción de las ricas y costosas telas, de las cuales, desgraciadamente, no quedan más memorias que las citas que á cada paso halla el curioso rebuscador de papeles viejos, al leer los inventarios de los templos y de las casas de nuestros magnates.
Luego repartía entre todos los amigos unos papelitos impresos o memorias con oraciones, donde se pedía al Supremo Hacedor con palabras encarecidas y melosas que por tal o cual mérito que resplandeció en su sagrada pasión perdonase al conde de T * o a la baronesa de M * el pecado de soberbia o de avaricia, etc.
El tambor redobla alegremente; la gaita grita; la novilla ofrecida á la Virgen brinca y juguetea haciendo sonar la esquila que lleva al cuello. Delante de todos disparando cohetes marcha el valeroso Celso. El humo de la pólvora le embriaga; los cantos le alegran; un vértigo delicioso se apodera de su magullada cabeza y por un momento se borran de su mente las dulces memorias de la Bética.
El vacío de su existencia se le aparecía ahora claramente, sin los engaños de la presunción personal. La proximidad del sacrificio lo hacía replegarse en sus recuerdos, cual si buscase en ellos una justificación de los actos presentes. ¿Para qué había servido su paso por el mundo?... Volvió otra vez a las memorias de su infancia que había evocado en el camino de Sóller.
Simoun contaba que había sido atajado por una banda de tulisanes quienes, despues de agasajarle por un día le dejaron seguir el viaje sin exigirle más rescate que sus dos magníficos revólvers Smith y las dos cajas de cartuchos que consigo llevaba. Añadía que los tulisanes le habían encargado muchas memorias para su Excelencia, el Capitan General.
V. también la pág. 755. Memorias de la Academia de la Historia, tomo VI, ilustr. 16. Lampillas, Letteratura Spagnuola, tomo II, págs. 382 y siguientes y 792 y siguientes. Marineo, Cosas memorables, fol. 11. Semanario erudito, tomo XVIII. Clemencín, Elogio de la reina Isabel. Méndez, Typografía española, págs. 35 y siguientes.
Quise en Argentina cultivar la tierra, pero fracasé completamente, y volví al periodismo vagabundo, lo que me hizo marchar de República en República, siempre hacia el Norte. No recordemos esta época de literatura ambulante y servil. Otro, tal vez estaría orgulloso de ella, y hasta escribiría sus Memorias.
Palabra del Dia
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