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Actualizado: 6 de junio de 2025
35 y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y alleguen el trigo bajo la mano del Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo. 36 Y esté aquella provisión en depósito para la tierra, para los siete años del hambre que serán en la tierra de Egipto; y la tierra no perecerá de hambre. 37 Y el negocio pareció bien a Faraón, y a sus siervos.
Parécense estos á los cazadores, que no llegando á saber cazar las aves y bestias útiles para el mantenimiento del hombre, se emplean en cazar ratones, ó tal vez se hacen cazadores de moscas.
El mantenimiento de las islas Marianas cuesta al Erario doscientas mil ochenta y nueve pesetas, que son distribuídas entre personal y material, servicio de las dos expediciones del correo entre Manila y aquellas islas y demás atenciones.
Ordenamos y mandamos que ningún tauernero, bodegonero, ni mesonero, ni ventero, ni personas que guisan y dan de comer en esta ciudad y su tierra, y jurisdicion, arrabales, ni Triana, no acojan en sus casas, tauernas, ni bodegones á los dichos esclauos ni esclauas, negros ni blancos: ni les den de comer, ni beber en ellas publica ni secretamente, pan, ni vino, ni carne ni otros mantenimientos algunos, sino lleuare cédula del amo cuyo fuere, diziendo que por andar á jornal el tal esclauo, o esclaua, no come en su casa, ni sean osados de venderles pan, ni vino, ni carne, ni pescado, ni otro mantenimiento alguno, ni compren, ni reciban dellos prendas algunas vendidas, ni empeñadas, ni para guardarselas, aunque digan que son suyas, ni les den pan, ni vino, ni bastimentos sobre ellas, sopena quel tauernero, bodegonero, guisandero, y ventero, y mesonero, o persona que tenga camas que fuere y passare contra lo contenido en esta ordenança, o contra cosa alguna, o parte della, cayga en pena de mil marauedis y diez dias de carzel por la primera vez, e por la segunda la pena doblada, y sea traydo á la verguença publicamente: e por la tercera vez le sean dados cien açotes, y sea desterrado desta ciudad y su tierra e jurisdicio por tiepo de quatro años: y que los dichos bodegoneros, tauerneros, mesoneros, ni venteros, y personas que dan camas, y guisan de comer, no se puedan escusar, ni escusen que no sabian que los dichos esclauos y esclauas eran captiuos: y que los dichos esclauos y esclauas les dixeron que erran horros.
4 No des sueño a tus ojos, ni a tus párpados adormecimiento. 6 Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; 7 la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, 8 prepara en el verano su comida y en el tiempo de la siega allega su mantenimiento. 9 Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
Orgullosa y altiva, creía identificar en su persona las clases «elevadas y superiores.» Por esto mismo se atribuía el derecho de imponerse a todos, y estaba persuadida de que personificaba el buen tono. No faltaba mucho para que se considerase como una rueda esencial en el mantenimiento del orden social.
Estando, pues, acampado el enemigo en los campos de San Luis, á la orilla del rio Guacacay, se recogió todo el ganado de este pueblo que ya estaba disminuido con la guerra, y se tomó sin ningun impedimento, y una parte de él envió á las tierras de los Portugueses, reservando lo demas para su sustentacion ó mantenimiento.
Existía también entonces un curso preparatorio en español y latín, y los alumnos de teología y de derecho tenían que estudiar algunas de las asignaturas de la facultad de letras. En 1856 el gobierno nacional asumió la dirección y mantenimiento de la universidad, pero dejándole autonomía en su administración. Esta nacionalización no produjo ningún cambio importante excepto en el nombre.
Y con sencilla amenidad, como si construyese y juntase versos, emparejaba cifras, haciendo resaltar la manera absurda con que la nación se despedía de un siglo de revoluciones, durante el cual todos los pueblos habían conseguido más que el nuestro. En el mantenimiento de la casa real se gastaba más que en enseñanza pública.
No se podía decir que crease riqueza; pero tenía una extraordinaria facultad de absorción con respecto a la de los otros, y en punto a consumirla, será difícil hallar sobre la tierra persona alguna en cuyo mantenimiento, conservación y bienestar hayan tenido menos que afanarse la madre naturaleza y la industria humana.
Palabra del Dia
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