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Actualizado: 8 de julio de 2025
Triste es la vida, sí, bella criatura, Pero tambien en ella hay gratas flores, Que llenan con suavísimos olores El sendero, que lleva á la virtud; Hay tambien sus delicias inefables En llenar los deberes de la esposa, La mision de la madre cariñosa, Y aliviar la cansada senectud.
Sus ojos se llenan de lágrimas. Confusa, vuelve la cabeza. Después se levanta vivamente y pregunta: ¿No tienes ganas? No. Luego continúa. Ven conmigo al jardín. Conozco una espesura donde se está muy bien para hablar. Allá, en el extremo de la alameda. Es también mi lugar favorito.
La descripción que hace el P. Haedo de esta prisión y de las crueldades del rey Hassán, nos llenan de espanto. La cárcel en que estaba Cervantes era la peor de todas las de Argel.
Ana ya va muy pálida; y las mulas, al olor del pesebre, vuelan camino arriba, bajo la bóveda de espesos almendros que llenan la avenida con sus hojas redondas y sus verdes frutas. Mucha, mucha alegría. Lucía también estaba alegre, aunque no estaba Juan allí.
Algunos de esos agujeros se obstruyen y se llenan gradualmente; pero hay otros que se ensanchan y se ahondan de año en año visiblemente.
Sobre sus ojos ves brillar la sorpresa y el terror; pero ella advierte que tus manos tiemblan oprimiendo las suyas, que también te altera la emoción del terror, que tus ojos se llenan de lágrimas. Nada conmueve el dulce silencio de la casa. Has querido hablar y un sollozo te ha cortado la palabra.
En la estacion de seca se pasa la noche sobre un banco de arena, teniendo á derecha é izquierda arenosos y escarpados ribazos, que minados continuamente por las aguas, suelen desplomarse con estrépito, promoviendo corpulentas oleadas que si no echan á fondo las embarcaciones, las llenan de agua, averiando los cargamentos; por lo que se ven obligados los indios á velar toda la noche, á fin de evitar semejentes daños.
Oid como resuenan los ¡vivas! nacionales, Cual desde el alta torre sus glorias inmortales Publica la campana con lenguas de metal; Oid como retumban los bélicos tambores, Los cantos de la infancia, del pueblo los clamores, Que llenan todo el templo cual coro universal.
Ese hombre y este pueblo me llenan la vida de prosa miserable; diga lo que quiera don Fermín, para volar hacen falta alas, aire...». Estos pensamientos la llevaban a veces tan lejos que la imagen de don Álvaro volvía a presentarse brindando con la protesta, con aquella amable, brillante, dulcísima protesta de los sentidos poetizados, que había clavado en su corazón con puñaladas de los ojos el elegante dandy la tarde memorable de Todos los Santos.
Por un lado, la entrada del puente tiene como obstáculo el enorme abanico de raíces arrancadas y el montón de tierra y piedras que llenan los intersticios; y por el otro, las ramas enlazadas y las astillas obstruyen el paso.
Palabra del Dia
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