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Actualizado: 9 de mayo de 2025


El tío Zarandilla pasaba las horas sentado en uno de los bancos al lado de la puerta, mirando fijamente, con sus ojos opacos, los campos de interminables surcos, sin que el aperador le regañase por su indolencia senil. La vieja quería a Rafael como un hijo. Cuidaba de su ropa y su comida, y él pagaba con largueza estos pequeños servicios. ¡Bendito sea Dios!

Los miserables pueblos de Mahates y San Estanislao, situados en medio de ciénagas interminables, demoran allí en la mayor incuria y en un completo desamparo; y el canal, ensanchándose á veces en medio de anchas lagunas ó ciénagas, como las de Sanaguare, la Cruz y Palotal, ó volviendo a estrecharse como en su principio, aunque cambia de aspecto por su forma ó su vegetacion, nunca pierde su hermosura salvaje, su soledad y sus encantos.

Perdió en esta vida la exacta noción del tiempo y el espacio, emprendiendo travesías que duraban meses por llanuras interminables. Tan pronto se consideraba próximo á la fortuna, como lo perdía todo de golpe por una especulación desgraciada. Y en uno de estos momentos de ruina y desaliento, teniendo ya treinta años, fué cuando se puso al servicio del rico estanciero Julio Madariaga.

Júntansele aquí los obispos, los ricos-hombres, los caballeros, y las mesnadas de los concejos con los carros de guerra, las municiones y las interminables filas de reses que van acudiendo destinadas á la vitualla.

«¡El mundo, la locura, los arrojaba de su solitario recreo! ¡El siglo lo invadía todo!». Y la emprendían por el camino de Castilla y otras calzadas polvorosas entre las filas interminables de álamos y robles.

Los dignos brutos están todos enjaezados con hermosas libreas en sus magnificas é interminables cuadras, y parecen enorgullecerse al recibir las visitas de tantos extranjeros, ya pateando con garbosa satisfaccion, ya irguiendo sus lustrosos cuellos y sus abundantes y crespas colas, como cisnes terrestres.

Naturalmente, no siempre coincidían las ideas de los interlocutores. Y al chocarse las opiniones contrarias, se iniciaban interminables contiendas. Los contendientes barajaban en sus largas peroratas y mariscalendas las fundamentales ideas de honor, patria, verdad, progreso, etc., etc. Estas ideas eran en gran parte tomadas de la prensa local.

Recientemente, acaso desde ñnes del primer tercio de este siglo, el amor propio nacional nos ha estimulado, y la afición á las letras patrias se ha despertado en España, al menos en el pequeño circulo de los que gustan de libros y no se emplean enteramente en las interminables discusiones políticas.

Sólo tenia una esperanza. ¡Si llegase á ser verdad el auxilio prometido por los Estados Unidos! ¡Si no resultase un bluff, como creían muchos!... Ahora, con la imaginación, sólo veía la América del Norte, sus puertos llenos de muchedumbres en armas, las azules planicies del Océano aradas por miles de buques que venían á desembarcar en Europa ejércitos interminables.

El antiguo contrabandista creía traer una provisión de nueva vida cuando bajaba al llano, al campo de interminables surcos que se perdían en el horizonte y sobre los cuales sudaba encorvada una muchedumbre turbulenta y miserable, roída por el odio y las necesidades.

Palabra del Dia

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