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Actualizado: 23 de junio de 2025


Había sentido la atracción de aquella afluencia de grupos, en los que reconoció á muchas amigas antiguas. Pero al verla las mujeres que estaban en la calle, empezaron á gesticular y á insultarla á gritos.

La porquería y el aguardiente la iban barrenando la carne, según decía Coleta al insultarla en plena embriaguez con el apodo de Borracha. No están en casa, señor Isidro dijo con hipócrita mansedumbre . El Mosco se fue esta mañana con el señor Manolo, llevando las jaulas y la red. Han ido a pájaros. La chica, la Feliciana, va de máscara.

¡Que si alguien tiene la culpa, no soy yo, entiéndelo bien! Eso es lo que te quería decir. Su marido la miró un momento, con brutal deseo de insultarla. ¡Dejemos! articuló, secándose por fin las manos. Como quieras; pero si quieres decir... ¡Berta! ¡Como quieras! Este fué el primer choque y le sucedieron otros.

Mire usted, ha adelantado usted más en un momento, llenándome de improperios, que en tres meses de lisonjas. Usted dirá que es que me gusta que me den con la badila en los nudillos. Puede ser. Pero yo le digo que a ningún hombre le sienta mal una mijita de genio. ¿? Pues aguárdese un poco, que voy a comenzar a insultarla a usted otra vez dije riendo. ¡No, no! exclamó ella, riendo también.

El lindo Raguet, frenético de impaciencia, apostrofó a Catalina con sus peores injurias, ¡y tenía un buen repertorio de ellas! Y cuando se cansó de insultarla, le asestó feroces bofetones y puntapiés, practicando su máxima favorita: «Las mujeres son como las aceitunas.

Rasgó su mejor vestido al sacarlo del colgador, y por dos veces se arañó las blandas manos con ocultos alfileres, mientras mentalmente comentaba indignada el suceso que le ocurría. ¡Ah! entonces lo comprendía todo. Su alevoso marido había traído esta niña de su primera mujer, esta niña cuya existencia nunca pareció importarle, para insultarla, para ocupar su puesto.

La señora se alzó de su asiento, y rebosando de cólera por tal falta de respeto, le dijo: ¿Y cómo se atreve usted a insultarla en mi presencia? Márchese usted pronto.... ¡Quítese de mi vista! Señora, lo que le digu es que ella tiene la culpa.... Pues si tiene la culpa, mejor.... Váyase usted. Todus nus iremus de la casa, señora, porque a esa mentecata no hay quien la sufra.

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