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Actualizado: 4 de julio de 2025


Sonó la hora de comer y también se sirvió á Herminia en su cuarto, lo que le causó sumo placer. La comida entre su tía y Bobart hubiera sido insoportable. Comió con apetito, como si un secreto instinto le dijese que muy pronto tendría necesidad de todas sus fuerzas.

Si el que lea estas líneas ha pasado alguna noche semejante lejos de su patria, bajo las mil circunstancias que excitan el espíritu, sabrá que es uno de los únicos momentos de la vida en que el insomnio no es una amargura insoportable. ¡Se piensa en tantas cosas! ¡Pasan éstas tan rápidas y encantadoras!

El abuelo, como quien se desprende de algo que molesta, respondió al punto y sin titubear: Primeramente, tu madre está deseando que se le muera el hijo, porque la da demasiado que hacer y cada día le ve más enclenque, más feo y más imposible; y ella no soporta hijos así ni para eso. Corriente; pero bien podía hallar insoportable a mi hermano, y no quererme a tampoco.

Sentí comprimirse mi corazón, como necesitado de arrojar de un peso insoportable, y luego sentí que mi corazón se dilataba y lloré en un llanto largo, tranquilo, dulce, toda la hiel que había ido depositándose en mi corazón.

Si era una escena molesta, irritante para Emma la de asistir a las cuentas del tío, sin atender, sin sacar en limpio más que «aquello iba muy mal», para el marido era el tormento más insoportable. En vez de pensar en los números, pensaba en lo que le querrían decir aquellos ojos del administrador pariente.

Pues y los doscientos cincuenta mil que murieron en la guerra de la Independencia, en la del 23 y en la de los agraviados, ¿qué dirían a esto? ¡Justicia divina! si la mente de Fernando VII se poblaba con estas cifras en aquel tristísimo fin de su reinado y de su vida, ¡qué horrible mareo para hacer juego con la gota! ¡Qué insoportable peso el de aquella corona carcomida!

Apenas llegado a la pubertad, se hace insoportable a su familia, y su padre lo destierra en una estancia. Rosas, con cortos intervalos, ha residido en la campaña de Buenos Aires cerca de treinta años; y ya el año 24 era una autoridad que las Sociedades industriales ganaderas consultaban en materia de arreglos de estancias.

Las calles todas son de una arena finísima y espesa, que levanta en torbellinos lo que allí llaman la brisa del mar y que frecuentemente toma las proporciones de un verdadero vendaval. En cuanto a la temperatura, es insoportable.

Creo, señor cura, que es usted tan insoportable como mi nieta... ¿Cree usted? preguntó el cura con una de esas buenas sonrisas de que él tiene el secreto. Y yo que me hacía ilusiones... La abuela movió la cabeza con expresión de duda, lo que puso el colmo a la alegría del cura, pues es éste tan feliz como un rey cuando puede contrariar a la abuela.

Blanca, sin embargo, después de los primeros meses, parecía hastiada ya de los cuidados maternos. Hacía tres meses que no iba a bailes y que no hacía su partida de whist con los amigos de su padre. ¡Era triste la vida así! Esa vida de familia, el bebé que llora de noche, que pide inconsideradamente el sacrificio de las mejores horas de sueño: ¡Oh, qué vida tan insoportable!

Palabra del Dia

dubenic

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