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Actualizado: 4 de mayo de 2025
Como yo en este punto, remedando al historiador romano, puedo decir de los jesuítas que no los conozco nec beneficio, nec injuria, trataré aquí del libro y daré sobre él y sobre la Compañía mi opinión imparcial, movido por el aliciente que tiene para mí la materia, y exponiéndome á no agradar á nadie, ni á los jesuítas, ni al autor incógnito.
¡Diablo! No había medio de no verte. Viniste á bloquearme en el cuarto de una cantante cuando yo tenía más necesidad de conservar el incógnito. ¿Por qué?
Hasta las coristas parecían otras al descender a tierra. Contestaban a los saludos de Maltrana con una discreción de grandes señoras que abandonan su incógnito. Ya estaban en América. La fortuna, indudablemente, les reservaba gratas sorpresas. Había que hacerse valer, olvidando las promiscuidades del buque.
Con ayuda de su milagroso protector, logra asistir de incógnito á una fiesta brillante de la corte y atraerse en ella el favor de la Reina; pero Roberto, á su vez, proyecta asesinarlo para librarse de este rival, y el amenazado de muerte escapa también ahora por la intervención de Lidoro, que toma la forma de Don Juan y recibe en su pecho el hierro asesino.
Acostumbraba también, en un círculo más estrecho de su corte, desempeñar papeles en comedias improvisadas . La etiqueta de la corte había prohibido hasta entonces al Rey su asistencia á los teatros; y aunque Felipe IV no se atrevió á anular esta costumbre, visitó, no obstante, de incógnito á los de la Cruz y del Príncipe.
Cuantos hechos, anécdotas y casos refiere el autor incógnito para rebajar y humillar á los jesuítas del día, tienen traza de verdaderos y dejan harto mal parados á los Padres. Referidos con notable primor de estilo, desenfado y gracia, entretienen tanto ó más que una novela picaresca.
Y yo también lo creo así dijo ; en cuanto á lo de no ver libremente á mi esposa... en esta parte piensa como yo el autor incógnito; pero prosigamos. Y el rey inclinó de nuevo la vista sobre la carta: «...es necesario que este estado concluya, pero ni lo conseguirá vuestra majestad de Lerma, ni tendrá bastante valor... ¡para hacerse respetar!»
Pero el que no existía ya, ¿había, siquiera, dado señales de vida? ¿Y en qué medida? ¿En qué época? ¿Había traicionado alguna vez su incógnito con algo más que dos libros anónimos e ignorados?... Tomé los dos libros que Domingo no había abierto; el título me era conocido.
Ya le suponía en Benarés, ya en Delhi, ya en Calcuta, ya en otros lugares de la India, pero siempre noble, joven y hermoso, y chatria o brahman, cuando no príncipe. El incógnito personaje padecía una enfermedad mental semejante a la de Poldy.
Miró el caballero tropezado alternativamente al palafrenero, al incógnito y á su caballo; comprendió por lo amenazador de la actitud del jinete que se trataba de alguna pendencia cortada, ó por mejor decir, suspendida por su aparición, y dijo con acento severo y lleno de autoridad: ¿Que significa esto? Señor, este mal hombre quería pegarme porque me he reído de su caballo contestó el palafrenero.
Palabra del Dia
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