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Actualizado: 13 de julio de 2025
Yo le respeto a usté, señó Juan añadió . Denque le vi torear por primera vez, me dije: «Eso es un mozo valiente.» Usté tiene muchos afisionaos que le quieren, ¡pero como yo...! Figúrese que pa verle me he disfrasao muchas veses y he entrao en las siudades, expuesto a que me echen el guante. ¿Es eso afisión?
Gracias, buen amigo, dijo el ministro con gravedad, pero muy sobresaltado, pues tan confusos eran sus recuerdos, que casi creía que los acontecimientos de la noche pasada eran solo un sueño. Sí, agregó, parece que es mi guante. Y puesto que Satanás ha creído conveniente robároslo, en adelante Vuestra Reverencia debe tratar á ese enemigo sin miramientos de ninguna clase.
Nuestro señorito tomó pie de ello para sacar el pañuelo y sonarse con ruido. Después, con mucha calma, lo paseó repetidas veces por debajo de la nariz; por último, no sin vacilar un poco, se decidió á meterlo en el bolsillo. Inmediatamente, y sin ningún preparativo, abrochó un botón del guante que se había soltado.
Don Frutos iba a protestar, pero Ronzal añadió sin darle tiempo: El que lo niegue me arroja un mentís, duda de mi honor, me tira a la cara un guante, y en tal caso... me tiene a su disposición; ya se sabe cómo se arreglan estas cosas. Don Frutos abrió la boca. Foja, desde la puerta, se atrevió a decir: Señor Ronzal, no creo que el señor Redondo, ni nadie, se atreva a dudar de su palabra de usted.
El triunfo más completo, señora: Urquiza ha sido completamente derrotado, y todo su ejército muerto o prisionero; la guardia nacional de Buenos Aires se ha batido de guante blanco, Jouvín legítimo. Yo solo he vendido doscientos pares de tirita. Una ballenera que ha llegado de Zárate, ha traído la noticia de que Urquiza ha sido hecho prisionero agregó uno de los que estaban en la tienda.
Desde entonces quedó como un guante. ¡Romperle la cabeza! exclamé, sorprendido. Me lo explicó con lujo de pormenores. Un día, a la comida, advirtió que su cuchara tenía cardenillo, y lo dijo en voz alta. La hermana Desirée, que tenía la intención de un veragua, tomó la cuchara, la limpió y se fue a la superiora con el cuento de que no quería comer con ella por capricho.
Palabra del Dia
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