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Sabiendo cuánto influyen en los sacudimientos cerebrales y en las hemorragias internas los accesos de furor, puede creerse que, tal vez, la rabia y no el orgullo de ver a su hija elevada al rango de Tribuna del pueblo determinaron en la pletórica constitución del viejo la apoplejía fulminante.

La suerte le era contraria en el juego; necesitaba nuevas «herramientas de trabajo». Aquel capital que la irritaba con su terquedad, no queriendo subir más allá de los treinta mil, había oído finalmente sus quejas, pero fué para desplomarse con una rapidez fulminante, dejando sólo leves escombros de su existencia. Después de recibir esta ayuda, la duquesa se había mostrado quejosa.

Casi a la vez que caía de su pedestal el busto del monarca, recibióse en Lima la noticia de la muerte de Felipe V a consecuencia de una apoplejía fulminante, que es como quien dice un terremoto en el organismo. De cómo una escultura dió la muerte al escultor

Araceli, la niña espiritual y aristocrática de los señores de Escudero, tocaba a la meta de sus ambiciones heráldicas. Iba a ser duquesa. Poco después de la catástrofe sobrevenida a don Germán y de su viaje misterioso, se le ocurrió al duque del Real Saludo el morirse de una apoplejía fulminante.

Este le tomó la carta, y comprendió por la fecha que la había escrito el desdichado algunas horas antes de su muerte. Por desgracia, mis noticias son posteriores dijo . Después de escrito esto, le atacó una apoplejía fulminante, y está muy grave... muy grave.

Las escapatorias llevan aquí en Misiones a límites imprevistos, y a tal extremo arrastró a Gabriel Benincasa el orgullo de sus strom-boot. Benincasa, habiendo concluído sus estudios de contaduría pública, sintió fulminante deseo de conocer la vida de la selva.

Así, pues, el cólera, desde su principio, cuando no es fulminante, es la principal afeccion que cede con el alcanfor; se le emplea tambien con igual resultado desde el principio de un acceso de fiebre álgida, en la fiebre atáxica, tifoídea, pestilencial, cuyos prodromos presentan los principales caractéres de la accion del alcanfor.

Al cruzarse una vez más la mirada de ella con la de Ferragut, éste creyó sentir el golpe en el corazón y el relampagueo en el cerebro que acompañan á un descubrimiento fulminante é inesperado... Conocía á aquella mujer; no recordaba dónde la había visto, pero estaba seguro de conocerla. El rostro no decía nada á su memoria, pero aquellos ojos se habían encontrado otras veces con los suyos.

Ya Bobart extendía el brazo para sostener á su respetable amiga, cuando por un supremo esfuerzo de la voluntad, Clementina recobró su aplomo, dominó á su cerebro y tomando una decisión, dijo: Hágale usted entrar en el saloncillo. Y como Bobart, con la boca abierta, parecía pedir una explicación, le dirigió una mirada fulminante y le dijo: ¡Conque estaba en el Havre! Pero, mi bella prima ...

Sólo variaba la postura, y para muchos ofrecía mayor seducción volver á la tierra de un modo fulminante, en plena embriaguez heroica, con una idea generosa en el pensamiento, que extinguirse lentamente entre sábanas, frente á una pared, manchado y envilecido por todas las suciedades de una materialidad que empieza á disgregarse.