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Actualizado: 16 de noviembre de 2025
Y como no se distinguía tampoco por extremado ascetismo, ni por elocuencia en el púlpito, ni por saber mucho de teología y de cánones, ni por ninguna otra cosa, pasaba sin ser notado entre los treinta y cinco o treinta y seis frailes que había en el convento. Hacía más de cuarenta años que había profesado.
Jesuítas, frailes y clérigos ordenan y dirigen, como en los mejores tiempos de Carlos II. Haber tenido por consejero a un conde de Aranda, amigo de Voltaire, es una vergüenza del pasado, sobre la que se hace el silencio.... Sí, don Luis, dice usted bien: la monarquía es cosa muerta. Entre el país y ella hay la misma relación que entre un vivo y un cadáver.
Siguió por la Escolta y estuvo tentado de empezar á cachetes con dos agustinos que sentados á la puerta del bazar de Quiroga reían y bromeaban con otros frailes que debían estar en el fondo de la tienda ocupados en alguna tertulia; se oían sus alegres voces y sonoras carcajadas.
La afición á la poesía se extendió mucho en este período por todas las clases de la sociedad. La manía de componer versos se hizo epidémica: príncipes y condes, guerreros y hombres de Estado, abogados y médicos, sacerdotes y frailes, se dedicaron á esta tarea, y hasta los jornaleros y campesinos no se quedaron atrás.
Pero por ser la más moderna se había apoderado de todas, con la fuerza de la juventud. Además, los frailes, despojados de sus riquezas de otros siglos, tenían ahora que copiar los procedimientos de los jesuítas, que tanto les repugnaban en pasadas épocas. Tenían que marchar á la zaga de ellos, imitándolos para hacer dinero, guardando la actitud humilde del pobre ante el rico.
A pesar de los mil murmullos y gritos de tan gran número de gentes, que reían, chillaban, hablaban o disputaban, el majestuoso sonido del órgano y el canto sagrado de los frailes, repercutiendo en las altas bóvedas del templo, salía a veces de él y se difundía en ráfagas sonoras sobre los asistentes que se hallaban más cerca.
Y ya se comprende que esta manera de hacerse religioso de poco o de nada podía valerle así en la tierra como en el cielo. Harto se comprenderá también, se explicará y se justificará por lo dicho, el pobre papel que Fray Miguel de Zuheros hacía entre los demás frailes. Sólo Dios sabía lo que guardaba él en el centro del alma.
El agua, ya sin destino, de las antiguas fuentes, suena debajo de los escombros, como enterrado vivo que se queja en demanda de socorro, ó como recordando y llamando á los antiguos frailes para que reedifiquen aquel edificio monumental.
De cuán flojamente se pasó con los enfermos, porque se dió mejor maña á ser albacea que á hacerles curar, que si los que morían dejaban algunos dineros á los clérigos y frailes que allí les servían, se lo tomaba.
La grandeza y la omnipotencia del amor me eran tan desconocidas como la persistencia y el indómito poderío de una conciencia recta, que acepta el deber y le cumple, ó jamás se perdona si no le cumple. ¿Será que soy un miserable? ¿Tendrán razón los frailes y los clérigos al sostener que no hay verdadera virtud sin religión verdadera?
Palabra del Dia
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