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Actualizado: 14 de julio de 2025


He sido un santo postizo, que no he sabido resistir y desengañarte desde el principio, como hubiera sido justo; y ahora no acierto tampoco a ser un caballero, un galán, un amante fino, que sabe agradecer en cuanto valen los favores de su dama. No comprendo qué viste en para prendarte de ese modo.

De sus paños y tocas las banderas Al aire desplegaban á menudo: Las mismas que salian las primeras Tornaban á salir, y nunca pudo El Ingles entender estas quimeras; Que guarda Dios, si quiere, sin escudo, Y donde él no envía sus favores, Enbalde son humanos guardadores.

Para dominarse había hecho el siguiente raciocinio: Según todas las apariencias, el plan de los asesinos ha fracasado; la reina ha comido muy poco, y es ya viejo aquello de que: poco veneno ni mata ni daña... podrá suceder que á la reina... pero en fin... ¿y qué me importa á la reina? ¿qué favores la debo? he cumplido con lo que Dios me manda, procurando evitar el crimen.

Cuando recordaba que a veces había creído recibir favores y regalos sobrenaturales, y había oído susurros místicos y había estado en conversación interior, y casi había empezado a caminar por la vía unitiva, llegando a la oración de quietud, penetrando en el abismo del alma y subiendo al ápice de la mente, D. Luis se sonreía y sospechaba que no había estado por completo en su juicio.

Hasta su impaciencia de alcanzar la perfección de un brinco hubiera debido darme mala espina, si el cariño de tío no me hubiera cegado. Pues qué, ¿los favores del cielo se consiguen enseguida? ¿No hay más que llegar y triunfar?

¡Ya lo sabía yo! dijo entre dientes y mascando una imprecación Miranda. Su madre se ha muerto.... Bien lo has oído hoy. Es altamente indecoroso, altamente ridículo pronunció Miranda, cuya voz crepitaba como los sarmientos al arder , que una señora escriba así, sin más ni más, a un hombre.... Al señor de Artegui le debo obligaciones y favores dijo Lucía que me obligaban a interesarme en sus penas.

Doña Sol no le favoreció sino hasta el punto de hacer notar que su afecto hacia Morsamor no era exclusivo, y siguió otorgando a Morsamor favores más marcados y preferencia más clara. Así acrecentó y emponzoñó doña Sol en el alma de Pedro Carvallo el enojo que Morsamor le Inspiraba.

Su talento poético prematuro, causa de que se le mirase como la perla de la Academia de los nocturnos, le granjeó la amistad de los más famosos poetas valencianos, como Tárrega, Aguilar y Artieda, y los favores de los grandes más poderosos de su tiempo.

¿Pero no sabían allí cómo vives y de qué vives? ¿No pensaste que podían avergonzarte y...? Claro que lo sabían todo: ¡si rara vez viene alguno del pueblo que no se presente en mi casa a pedirme algo! Donde me ves, he hecho a mi lugar más favores que un diputado; casi me dan ganas de llamarle mi distrito. En cuanto a que me recibiesen mal, no había miedo.

Recordaba con rabia la dependencia servil con que el interés y la gratitud le tenían ligado al cacique, el yugo antinatural que le había impuesto su hija, los desdenes que Juanita le había prodigado y los favores con que a don Andrés regalaba.

Palabra del Dia

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