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Actualizado: 27 de mayo de 2025


Mañana, seis hombres vestidos de negro, seis jueces, pronunciarán sentencia de vida o muerte, sobre nuestra pobre enferma. ¡Terrible tribunal, encargado de adivinar los fallos de Dios! »He ordenado que me avisen su llegada.

La facilidad, la precisión, la soltura del verso... Por ejemplo, los que sepan jugar al tresillo, el rey de los juegos y el juego de los reyes, apreciarán la extraordinaria exactitud de los siguientes, tomados de una composición de Gutiérrez González, la Visita: Yo perdí este solo de oros El más grande que se ve: Seis de cuatro matadores Rey de copas, cuatro y tres; Por consiguiente, dos fallos... ¡Pero hombre, no puede ser! ¿Lo perdiste?... Lo perdí. ¿Por mal jugado? ¡Tal vez!

Me recomieron los triunfos Que en los dos fallos jugué, Me asentaron los chiquitos Y me fallaron el rey. ¿Y esta discusión gráfica, después de que el enterrador se la lleva?: .........Si yo he podido Agachármele a su tres! ¡No, señor, con un triunfito De los míos que tenga usted! ¡O que usted vuelva sus bastos! ¡O que no vuelva a oros él!... ¡Es puesta! Le doy codillo!... ¡Si era más grande!

Pues si remedio no tiene, Lo dicho, dicho, señor. Instalado en su nuevo cargo Juan Pascual, por su enérgica administración de justicia y por la sabiduría y moderación de sus fallos, llena pronto de terror á los criminales, y colma las esperanzas de todos los hombres honrados.

Clara, que como buena y robusta madre criaba a su hijo, estaba sorprendida, pero acataba los fallos de su marido porque los creía fundados en las prescripciones de los sabios. Lo peor del caso era que ¡cosa rara! éstos no solían estar conformes en sus métodos.

El jefe político no quiso conformarse con los inescrutables fallos de Dios, y montando en cólera hizo llamar inmediatamente al teniente de la guardia civil y le envió a vengar con ocho números a los infortunados

Y realmente ¡cuan peligroso seria en un juez un sistema de investigacion llevado hasta la incredulidad y el escepticismo! ¡Cuan insuperables serian las trabas que opondria al curso de la justicia una conciencia incontentable, que desconfiase de la razon, y protestase contra sus fallos!...

En cambio, todos le hacían acatamiento en la Presa, como primer propietario del país. También era juez municipal, y los inmigrantes cultivadores de las «chacras» reconocían su autoridad y sapiencia, consultándole en todos sus asuntos y aceptando sus fallos. ¿Qué puedo hacer yo en París? ¡Un papelón!... Déjenme con mi gente y cada buey que rumie su pasto.

Veo que eres el prototipo de los hombres de nuestro siglo, que creen poseer la ciencia infusa; que con pasarse una hora por la mañana en la Cámara, otra en la Sorbona por la tarde y otra en el teatro por la noche, se consideran capaces de eclipsar la gloria de Mirabeau, de Cuvier y de Geoffroy, juzgando todas las cosas desde la altura de su ingenio y dejando caer con desdén sus fallos de salón en la balanza donde se pesan los destinos de la humanidad... ¿Conque ayer te felicitó el ministro? ¡Enhorabuena!

Palabra del Dia

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