Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de junio de 2025


En virtud de sus antiguas supersticiones, toda vez que estos naturales salen salvos de algun peligro, echan á tierra un espiga de maiz, como para dar gracias á la providencia de haberlos favorecido con su proteccion.

Doña Paula se figuraba la diócesis como un lagar de sidra de los que había en su aldea; su hijo era la fuerza, la viga y la pesa que exprimían el fruto, oprimiendo, cayendo poco a poco; ella era el tornillo que apretaba; por la espiga de acero de su voluntad iba resbalando la voluntad, para ella de cera, de su hijo; la espiga entraba en la tuerca, era lo natural. «Era mecánico» como decía don Fermín explicando religión. «Pero a una mujer otra mujer» pensaba el tornillo. «Su hijo era joven todavía, podían seducírselo, como ya otra vez habían intentado y acaso conseguido». Ella creía en la influencia de la mujer, pero no se fiaba de su virtud. «¡La Regenta, la Regenta! dicen que es una señora incapaz de pecar, pero ¿quién lo sabe?». Algo había oído de lo que se murmuraba.

Todo se lo comen, todo lo pican, todo lo han de catar, como si fuese preciso que dieran su opinión sobre cuanto Dios cría en esta época. Si al menos fueran como las amapolas, que aunque se meten en todas partes, no toman nada... ¡Qué hermosos están los trigos! Llovió tan á tiempo, que la espiga ha salido robusta y cuajada de corpulentos granos.

En la ladera meridional del Red-Mountain, la larga espiga del acónito se lanzaba hacia arriba desde su asiento de anchas hojas y de nuevo sacudía sus campanillas de azul oscuro en el suave declive de las cimas. Una alfombra de verde y mullida hierba, ondulaba sobre la tumba de Smith esmaltada de brillantes botones de oro, y salpicada por la espuma de un sin fin de margaritas.

Convinieron en ponerse al trabajo desde la mañana siguiente. Quiso la desgracia que al otro día Primitivo descubriese en un maizal próximo un bando entero de perdices entretenido en comerse la espiga madura. Y el marqués se terció la carabina y dejó para siempre jamás amén a su capellán bregar con los documentos.

Del capitan Garay certificaron Los indios, que aquí vino con su gente, Las huellas de caballos nos mostraron, Por dimos la vuelta prestamente; Y en tierra los soldados que saltaron, Cojeron la comida que al presente Hallaron, que aun no estaba sazonada, Y apenas con la espiga bien formada.

Es tan fácil, señores, hacer cambiar mis resoluciones más sagradas como hacer balancear una espiga... Volví, pues, a Krakowitz... Y, volví otra vez, y otra vez...

Las estrellas se clasifican también por orden de magnitud; las más brillantes de todas, que son veinte en el cielo entero, forman la categoría de las estrellas de primera magnitud. Citemos entre ellas, por orden de su brillo relativo: Sirio Alfa de la Cruz del Sur Arturo Antarés La Cabra Espiga de la Virgen Vega Pólux Aldebarán Régulo

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando