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Actualizado: 12 de junio de 2025
Mientras la niña se paseaba solitariamente, otro sér había sido admitido en la esfera de los sentimientos de la madre, modificando de tal modo el aspecto de las cosas, que Perla, al regresar de su paseo, no pudo hallar su acostumbrado puesto y apenas reconoció á su madre. Una singular idea se ha apoderado de mí, dijo el enfermizo ministro.
Sentía él extrañas aprensiones, desfallecimientos, a veces verdaderas alucinaciones; ella tenía el sistema nervioso perfectamente equilibrado. Era sana y maciza; él, enfermizo y lacio. En los meses que siguieron a la muerte de la madre, Raimundo, sacando fuerzas de flaqueza con la idea de proteger a su hermana, se había mostrado más resuelto y varonil.
La frágil delicadeza de la joven hubiera necesitado una protección más varonil, un brazo más robusto, un apoyo más firme que el de aquel lindo joven un poco enfermizo. ¡Y qué contraste en lo moral, entre aquel gastado, aquel escéptico ávido y lascivo bajo su corrección altanera, y el corazoncito ingenuo, tierno y confiado que se entregaba a él tan cándidamente!
Jamás olvidaré los días que precedieron a mi próxima partida: fue como un acceso de sentimentalismo enfermizo, sin la más leve apariencia de razonamiento, tanto, que una verdadera desventura no lo hubiese ocasionado más vivamente. Había llegado el otoño y todo lo que me rodeaba concurría a determinar aquel estado de mi alma. Un solo detalle le dará a usted idea de esto.
Una vez en Manila, andrajoso y enfermo, fué de puerta en puerta ofreciendo sus servicios. ¡Un muchachito provinciano que no sabía una palabra de español y por encima enfermizo! ¡Desalentado, hambriento y triste recorría las calles llamando la atencion su miserable traje! ¡Cuántas veces no estuvo tentado de arrojarse á los piés de los caballos que pasaban como relámpagos, arrastrando coches relucientes de plata y barniz, para acabar de una vez con sus miserias!
Carmen estaba encantada, Narcisa furiosa, y doña Rebeca parecía abstraída en perplejidades y temores, con un aire lánguido de víctima, muy mal avenido con su figurilla inquieta y alocada. Sentía un enfermizo reblandecimiento de amor maternal hacia el marino, y veía avecindarse en torno suyo los iracundos celos de Narcisa.
El estado presente de nuestra cultura, incierto y un tanto enfermizo, con desalientos y suspicacias de enfermo de aprensión, nos impone la crítica afirmativa, consistente en hablar de lo creemos bueno, guardándonos el juicio desfavorable de los errores, desaciertos y tonterías.
¿Conque el señor es ese hermano de quien tanto me ha hablado usted? dijo al oír la presentación que hacía Esteban. Tendió su mano a Gabriel amistosamente. Los dos eran de aspecto enfermizo: el desequilibrio orgánico parecía atraerles fraternalmente. Ya que el señor ha estudiado en el Seminario dijo el maestro de capilla , conocerá algo de música. Es lo único que recuerdo de aquellas enseñanzas.
Así, a puro esfuerzo, entre flaquezas e impulsos, entre dentelladas y sonrisas, sin morder el mérito ajeno, caminando siempre del lado de los pobres, y sin andar de pedigüeño por entre bastidores y escaleras, se hizo hombre, ¡grande hombre!, el niño bondadoso del hogar infeliz, el sufrido presidiario de las canteras de Medina, el joven enfermizo y desterrado de la península ibera, nuestro José Martí....
Hasta aquel momento, Federico Bullen, oráculo y cabeza de Bar Sansón, no había hablado. Pero se quitó la pipa de los labios y prorrumpió: Viejo, ¿y cómo sigue tu niño Juanito? Se me figuró algo enfermizo la última vez que lo vi en el camino tirando piedras a los chinos, y no parecía interesarle eso en gran manera.
Palabra del Dia
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