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Actualizado: 17 de julio de 2025
De este noviazgo imprevisto se habló bastantes días en la villa. Apenas entró nuestro señorito en amores francos con la hija de D. Marcelino, principió á desbordarse de su fantasía el torrente de emociones vagas y refinadas, sentimientos alambicados y caprichos extravagantes que allí habían ido formando depósito.
Y él, apoyado en la barrera, sonreía satisfecho de su fuerza, repitiendo a todos: Muchas grasias. Se hará lo que se puea. No sólo los entusiastas mostrábanse esperanzados al verle. Toda la gente fijábase en él, aguardando hondas emociones. Era un torero que prometía «hule», según expresión de los aficionados; y el tal hule era el de las camas de la enfermería.
Después de haber errado en un círculo sin fin de sensaciones siempre nuevas, llegaría, solo, a la tumba y, lanzando una mirada apagada sobre la escena oscura y confusa del pasado, buscaría inútilmente una de las emociones de sus primeros años: lo habría olvidado todo, ¡todo! hasta el primer beso de su amada, hasta los cabellos blancos de su padre.
Le tembló la mano á causa de tales emociones, y Ra-Ra tuvo que apretar sus piernas sobre el dedo que le servía de asiento y agarrarse á él para no caer. Como Gillespie deseaba olvidar su propia situación, siguió haciendo preguntas para conocer toda la historia del pigmeo.
Los que viajan con un guia en la mano reciben solo de rechazo las ideas, juzgan con prevencion, hablan como el libro, y carecen del exquisito placer de recibir emociones directas.
El pensamiento religioso, simbolizado en San Esteban, corona todos los ruidos, sirve de cúpula á todas las ideas y ampara y patrocina todas las emociones.
Visitación estaba un poco borracha, no tanto por lo que había bebido como por lo que había alborotado; Obdulia decía que tenía un clavo en la sien: había bebido mucho más, pero el torbellino del baile, las emociones fuertes del escondite la mantenían en pie firme de puro excitada.
Y no huíamos ya solamente para que no se enfriara el almuerzo, sino porque nos aturdía aquella rápida sucesión de emociones, tanta nueva belleza, tanta poesía, tanta historia, tanto portento de diverso orden como llamaba nuestra atención por todas partes y á un mismo tiempo. ¡Necesitábamos descansar, hacer algunos apuntes, descargar nuestra memoria!.....
Por otra parte, la misma emoción que temía la solicitaba con fuerza misteriosa. Hay en toda alma, juntamente con el miedo a las emociones, la curiosidad de ellas, indefinible simpatía del humano corazón con lo patético. Como la vista en las alturas siente el llamamiento del abismo, así el alma siente la atracción alevosa del drama. Llegaron.
Esta estaba pálida y a pesar de los violentos esfuerzos que hacía sobre sí misma, no podía dominar sus emociones, ni su visible estremecimiento. Felizmente Mathys se equivocó con respecto a aquella emoción.
Palabra del Dia
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