United States or Saint Barthélemy ? Vote for the TOP Country of the Week !


Yo podría puntiaros esa tierra, maese Marner dijo el joven con traje de fustán que se había puesto al lado de Eppie y se mezcló en la conversación sin ceremonias . Será para una distracción, cuando haya terminado mi tarea o en cualquier otro momento perdido, cuando escasee el trabajo. Os traeré tierra del jardín del señor Cass. Me lo permitirá de buen grado.

Para aquellos nuestros abuelos, era el rosario por la noche una distracción como otra cualquiera á falta de alguna más variada, y así se explica que antes del devoto ejercicio y durante el tránsito menudeasen mucho las libaciones en las tiendas de montañés, y que los hermanos estuviesen en no pocas ocasiones muy lejos de guardar aquella compostura y devoción que el caso reclamaba.

Estos varones severos no incurren casi nunca en la torpeza de averiguar lo que no les conviene. La distracción, el andar siempre por los espacios imaginarios suele traer muchos provechos. Otros, por último: Ya verán ustedes cómo el pobrecito don Braulio adelanta en su carrera y llega a ser personaje. Su mujer hará que suba.

La joven se resistió algún tiempo, y al fin, viéndole triste, se prestó a servirle de modelo. Consideraba aquella afición de su marido como un capricho, una manía; pero pensando, como mujer sensata, que esta distracción podía librarle de otras más peligrosas, no se oponía resueltamente a ella. ¡Qué niño eres, Mario! En efecto, pocos o ninguno lo serían tanto a su edad.

Su única distracción era visitar á sus primos en sus escritorios ó pasear por la Rambla. ¿Por qué no ir?... Tal vez se engañaba, y la entrevista fuese interesante. De todos modos, tenía el recurso de retirarse después de una breve conversación sobre el pasado... Su curiosidad estaba excitada por el misterio.

No qué la preocupaba e ignoro si me oyó, pues no se dignó responderme... Después de largo rato de distracción, acabó por decir: ¿Me ha hablado usted?... ¿Qué me decía? El encanto estaba roto. Retiré el brazo, me separé de ella y respondí: ¿Yo? nada... Usted sueña... ¿Qué puedo tener que decirle? Me pareció... ¡Vaya! ¡Ya está usted enfadado!

Antoñita se preocupaba de él casi exclusivamente, y le trataba con más intimidad que a los otros, al paso que colocaba en segundo lugar a Felipe; y por lo que toca a Amaury casi no podría decirse que fuese el tercero en la serie de las preferencias de Antoñita, por lo que el grave tutor juzgó que era impertinente semejante conducta, y a la quinta noche, aprovechando un momento de general distracción, acercose a Antoñita, y en voz baja y con amargo acento le dijo: ¿Sabe usted, Antonia, que manifiesta honrar con muy poca confianza a un amigo y a un hermano, ya que tal me considero?

Entraba majestuosamente, como gran sacerdote que va a oficiar de pontifical, saludaba con distracción, hablaba con misterio, tenía ¡oh! y ¡ah! en abundante provisión, para servirlos de comentario a lo que escuchaba, pasando así por hombre que sabía muchas cosas, a quien sus altas vinculaciones impiden ser explícito... Había engrosado hasta el punto de parecer obeso; se teñía la barba y llevaba pelada la coronilla; pero su aire era siempre el mismo: diríase que estaba más hinchado de orgullo, que de grasa.

El muerto se había despojado de él antes de echarse al río, tal vez por distracción, tal vez por algún otro motivo desconocido de Morales.

Había tomado su tarea con gran ahínco; se había propuesto instruirme, velar por mi como un ángel tutelar a pesar de mi mala cabeza, mi lógica y mis arranques. Además, esta tarea pronto llegó a ser la cosa más agradable de su vida, la mejor si no la única distracción de su monótona existencia.